El desastre natural causado por el tifón Etau en Japón, que originó precipitaciones récord a su paso por el centro y el este del país asiático, provocó desplazamientos de tierra, inundaciones y crecidas de varios ríos, entre ellos el Kinugawa.
Las peores consecuencias se observaron en la localidad de Joso, en la prefectura de Ibaraki y a unos 55 kilómetros al noreste de Tokio, donde el citado río se salió de su curso por primera vez en 66 años e inundó una zona habitada de 32 kilómetros cuadrados.
Al menos 22 personas se encuentran desaparecidas.