La autora principal del estudio, Rachel Leihy, estudiante de doctorado en la Escuela de Ciencias Biológicas de Monash, señala que “si bien la situación no parece prometedora inicialmente, los resultados muestran que existe una gran oportunidad para tomar medidas rápidas para declarar nuevas áreas protegidas para la conservación, tanto de desierto como de zonas con gran biodiversidad”.