Aunque los incendios incontrolables y el deshielo del Ártico acaparan portadas como los efectos más evidentes del cambio climático, las consecuencias impactarán cada aspecto de la vida tal y como la conocemos.
En el caso del agua, el aumento de la temperatura ha traído consigo modificaciones en los patrones de lluvia, que a su vez provocan inundaciones y sequías cada vez más frecuentes, de las que se desprenden cambios en las estaciones agrícolas, toneladas de cultivos en riesgo y por lo tanto, inseguridad alimentaria y problemas de salud en todo el mundo.
Este es el panorama que vislumbra el último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) dedicado al agua, una investigación elaborada con más de 20 organizaciones internacionales, organismos para el desarrollo e instituciones científicas que urge a tomar conciencia de lo que considera una “inminente crisis del agua”.
5 mil millones de personas con dificultades para acceder al agua
En él, la OMM prevé un aumento sin precedentes del estrés hídrico y el incremento en la frecuencia de peligros hidrológicos y desastres relacionados con el agua.
Según el organismo especializado de Naciones Unidas, 3,600 millones de personas tuvieron acceso inadecuado al agua como mínimo, un mes al año en 2018. Esta situación se agravará durante las próximas tres décadas y para 2050, la OMM prevé que 5 mil millones de personas tengan problemas para acceder al agua.
El informe también resalta la reducción constante de los depósitos de agua continental en todo el mundo a razón de un centímetro por año, en los cuales se concentra el agua dulce utilizable y disponible para consumo humano.
Definidos como «la suma de toda el agua que se encuentra sobre la superficie terrestre y debajo de esta, con inclusión de la humedad del suelo, la nieve y el hielo», la situación es más crítica Antártida y Groenlandia; sin embargo, el estudio pone especial énfasis en los lugares con alta densidad de población que registran pérdidas considerables de agua, especialmente en “zonas que han sido tradicionalmente fuentes de abastecimiento en el pasado”.
Entre los lugares que sufrirán mayor estrés hídrico según las predicciones están el oeste de los Estados Unidos, el Mar Mediterráneo, el Medio Oriente, Asia Central, India, el sureste y el cuerno de África y la región del Sahel.
Inundaciones, crecidas y sequías extremas
El otro punto crítico del informe sobre la crisis del agua radica en los desastres relacionados con lluvias extremas e inundaciones masivas: la OMM asegura que desde principios de este siglo, se ha observado un aumento de 134 % en los desastres relacionados con las crecidas de ríos, en comparación con el periodo de 1980 a 2000.
Sólo en este año, Alemania, Japón, México, Francia y Estados Unidos, entre otros, han sufrido inundaciones históricas con víctimas mortales y cuantiosos daños materiales.
Además, el incremento de 29 % en el número de sequías y su duración de 2000 a 2020 amenaza la seguridad alimentaria global, especialmente en África, donde han ocurrido con más frecuencia.
El aumento coincide con una proyección publicada a finales de septiembre en Science que asegura, los niños nacidos en 2020 serán testigos de 2.8 veces más inundaciones fluviales y 2.6 veces más sequías que la generación nacida en 1960.
Finalmente, el informe llama a adoptar medidas urgentes relacionadas con la “gestión cooperativa de los recursos hídricos, adoptar políticas integradas sobre el agua y el clima, e incrementar las inversiones al respecto”. No obstante, los objetivos para paliar la crisis del agua están íntimamente relacionados con el cambio climático, donde el escenario de limitar el aumento de la temperatura en 1.5ºC pactado en los Acuerdos de París parece cada vez más lejano.