La epidemia de cólera de Haití podría extenderse a Latinoamérica si no se aplica un plan a tiempo

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Los datos son alarmantes: un 47% de la población no tiene acceso a servicios de salud, y uno de cada cuatro haitianos carece de agua potable, sumando tres millones de personas que no tienen acceso al agua.

 
“La mayor cantidad de muertes infantiles son por enfermedades como el cólera o diarrea aguda, consecuencias de agua contaminada”, explicó el también secretario adjunto de Naciones Unidas en entrevista telefónica con Télam.
 
Para Medrano, el agua es fundamental para mejorar las condiciones de salud de los haitianos, y la inversión en agua y saneamiento, que por ejemplo la población tenga letrinas, impediría la contaminación del medio ambiente y la transmisión de enfermedades.
 
Es por ello que realizó un llamamiento a los países de la región, -que podrían verse afectados ante la expansión de la enfermedad-, a que colaboren desde dos lugares: en primer lugar elevando su voz ante organismos y entidades financieras para que cooperen con inversiones necesarias, y por otro lado desde la asistencia técnica para apuntalar al gobierno haitiano golpeado por crisis institucionales y desastres naturales, como el terremoto de 2010 que dejó más de 250.000 muertos.
 
Con el objetivo de enfrentar el brote, el gobierno haitiano con apoyo de las Naciones Unidas lanzó el Plan Nacional para la Eliminación del Cólera que requiere 2.200 millones de dólares en un plazo de 10 años. Pero al ritmo actual de desembolsos, el país tardará 50 años en alcanzar los estándares del resto de los estados de la región.
 
“América Latina tuvo un gran compromiso de asistencia humanitaria tras el terremoto y un importante compromiso por la paz y la estabilización política en Haití desde 2004, aportando el 70% de las tropas a la Misión de Naciones Unidas, la Minustah”, explicó Medrano.
 
En esa línea, destacó los proyectos de países como Argentina (el Pro-Huerta y programas de seguridad alimentaria) pero indicó que “no son suficientes para asistir a problemas estructurales” que promueven el desarrollo de la epidemia.
 
Y aunque las medidas de emergencia implementadas dieron este año resultados alentadores -los contagios cayeron un 75% respecto al año pasado-, el cólera generó desde octubre de 2010 más de 700.000 contagios, 8500 muertes y aún se pronostican 45.000 nuevos casos este año.
 
“Todo lo logrado puede perderse sin las inversiones en agua y saneamiento”, lamentó Medrano quien inició la campaña para invitar a los gobiernos latinos a que “reactiven el mismo espíritu de urgencia y voluntad” que la región tuvo con Haití en 2004, y que con ese propósito ya visitó Chile y México.
 
“América Latina debe activar un compromiso por el desarrollo en Haití, que es lo que hasta la fecha tiene pendiente, y los bancos regionales -Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Banco Caribe y el Banco Mundial (BM)- son las instituciones mejor capacitadas para canalizar las inversiones en infraestructuras sociales”, agregó.
 
El cólera afecta principalmente a los niños y según citó Medrano, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que la epidemia puede extenderse al resto de la región, como en la década de los noventa cuando la enfermedad se propagó a 20 países, afectó a un millón de personas y costó 10 años poder controlarla.
 
“Si los países elevan su voz con estos bancos, es posible aprobar ese proyecto de inversiones a 10 años para financiar las obras en agua y saneamiento que necesita Haití”, remarcó.
 
En relación a las denuncias de afectados o familiares de muertos por el cólera que señalan a la ONU como responsable de la expansión de la epidemia en Haití por la llegada a la isla de las fuerzas de paz de Nepal, Medrano indicó que el Secretario General del organismo, Ban Ki-moon, nombró un panel de expertos independientes que estableció que la epidemia ocurre por “un conjunto de factores”.
 
“La bacteria puede existir en cualquier país pero se propaga por el nivel bajo de infraestructuras en agua y saneamiento, que es el resultado de la pobreza. Nuestro esfuerzo es por ayudar al gobierno a eliminar al cólera y ver cómo asistir para enfrentar sus consecuencias’, dijo y agregó: ‘La bacteria puede existir pero se expande por la pobreza”.
 
Medrano insistió en la necesidad de una mayor inversión “para que el gobierno se organice” y al mismo tiempo de la “cooperación de los países de la región en experiencia y recursos humanos’.
 
“Cuando los países quieren resolver los problemas lo hacen. Eso es lo que el país necesita en forma urgente y eso es lo que va a permitir salvar vidas de niños, que son los más afectados”, finalizó.

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