La provincia de Corrientes sufre por estos días una plaga de langostas que se puede mover hasta 150 kilómetros en un día y su control es “tan complejo como necesario”, informaron las autoridades locales.
Esta manga de langostas entró a territorio argentino a fines de mayo procedente de Paraguay y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) la vigila desde el 11 de mayo, cuando se recibió la primera alerta por parte del país vecino.
Hasta el momento, no se han registrado daños en los cultivos en Corrientes, donde se realizó el sábado un control parcial de la plaga, informaron desde el Senasa en un comunicado.
La plaga es rural pero se convierte en urbana cuando llega a pueblos y ciudades, según las autoridades, que recalcó que el insecto “no afecta a la salud de las personas ni de los animales, ya que solo se alimenta de manera vegetal”.
No transmite enfermedades
Además, no es vector de ningún tipo de enfermedad, en un momento en el que Argentina afronta una curva ascendente de sus casos de la pandemia de COVID-19.
Los expertos trabajan en el lugar, a 190 kilómetros de la frontera con Brasil, para dar con la ubicación precisa de la plaga.
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Medina aseveró que el control de la plaga se actualiza “casi minuto a minuto” y que el rumbo de los insectos los determina la dirección del viento.
“Si bien los controles contribuyen a disminuir la cantidad de langostas, el nivel poblacional sigue siendo alto. Por ello, es fundamental que los productores monitoreen sus campos para detectar la presencia de la plaga”, indicó el comunicado del Senasa.