Las algas en general forman parte del componente natural de los fondos marinos y también tienen un gran potencial productivo para la región.
En épocas de verano, donde vecinos y turistas se abocan a las playas de Puerto Madryn, las algas marinas suelen ser un elemento ciertamente molesto para quienes pretenden disfrutar de una jornada playera, sobre todo cuando se secan, producen mal olor y atraen insectos.
La doctora Paula Raffo, investigadora del Laboratorio de Algas Marinas Bentónicas del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), cuenta sobre a la especie que se encuentra mayoritariamente en la costa de la ciudad: “La que domina en este momento entre las algas que salen y se acumulan en la playa es la especie invasora Undaria pinnatifida.
“Cuando este alga termina su ciclo de reproducción, se desprende del fondo y sale a la costa formando colchones muy grandes que se van pudriendo, despiden mal olor y, a veces, alteran el uso de las playas y nos impiden disfrutarla como realmente queremos”.
Hay que reconocer, que este fenómeno donde las algas se acumulan, llamado arribazón, es algo que se da de manera natural cuando termina el ciclo de vida de las especies que habitan en el fondo y es necesario para que la vida marina siga su ciclo.
Lo que ocurre, es que la presencia del alga invasora, de mayor tamaño y cantidad, es la que domina las costas en este momento ha desplazado a otras especies nativas.
El alga Undaria es originaria del noreste asiático y se estima que llegó accidentalmente a las costas chubutenses en el agua de lastre de un barco hace más de 30 años.
La primera planta se detectó en un pilote del muelle Comandante Luis Piedrabuena y desde allí colonizó casi todo el fondo marino: “Se hicieron varios estudios sobre el impacto que tiene este alga en el fondo del mar y el problema es que altera la diversidad que hay en el fondo”.
“Por un lado, por ejemplo, desplaza otras algas porque crece muy rápido y les hace sombra o usa el mismo espacio. Y al tener mayor tamaño y crecer muy rápidamente, principalmente en invierno y primavera, suele modificar la diversidad de otras especies de algas. Desde su llegada, la diversidad de otras algas ha disminuido drásticamente, hasta en un 50 por ciento”.
En este contexto vale poner el foco en el origen de las especies introducidas, que siempre tienen que ver con la actividad humana: “El alga ya está establecida hace muchísimos años, el problema ya está presente, pero tenemos que ser conscientes de que el origen de la introducción de especies es ocasionado por la actividad humana.”, agrega la especialista del CENPAT.
Buenas noticias
Pero no todas son malas noticias en relación a la Undaria pinnatifida, sino que también tiene varios aspectos positivos, como su utilización productiva e industrial y el potencial económico que podría tener para la zona.
Es una de las tres especies que más se consumen en el mundo, hoy es muy utilizada, y cada vez más elegida por personas que eligen consumir productos veganos y la alimentación saludable.
“Las algas tienen muchísimos nutrientes, son bajas en carbohidratos y aportan mucho a la salud humana”, cuenta Raffo y agrega que “con la lámina se hace un producto que se llama Wakame, que junto con el Nori, es de las especies que más se comen en Oriente.
Es un sabor muy delicado, muy rico y se puede usar en muchas comidas de manera muy fácil”. Actualmente el alga es recolectada y comercializada para su consumo por un emprendimiento local y existe un grupo de Investigación que está estudiando sus propiedades y usos para consumo.
También es muy utilizado en cosmética, pero no es necesario ser un gran productor, ya que, teniendo las precauciones adecuadas, cualquier vecino o vecina puede recolectar el alga y darle utilidad en la casa.
Otro uso casero que tiene el alga Undaria es el de bioestimulante natural para las plantas: “Si hacemos permacultura o queremos algo más orgánico, el alga no tiene absolutamente nada químico y funciona como bioestimulante, le da más tolerancia a la desecación, al estrés hídrico y en muchos casos proporciona mejores frutos”.
Al estar hace más de 30 años en las playas de la región, el alga no solo forma parte del paisaje, sino que también los más chicos comienzan a incorporarlas a sus juegos.
Todavía queda mucho por conocer, descubrir e investigar sobre las algas que habitan el Golfo Nuevo, de la misma forma que se estudia en el resto del mundo, tanto su impacto como especie invasora como sus usos y aplicaciones: “Acá la cosecha de algas se lleva a cabo de manera artesanal. Pero ecológica y biológicamente queda muchísimo por conocer, porque es un sistema que va cambiando unto con otros factores que modifican el paisaje, como el cambio climático.
“No nos olvidemos que las algas, además de producir oxígeno, son la base de la trama trófica, o sea, sin las algas no habría alimento u hogar para otros organismos que forman la comunidad que habita en el fondo del mar, desde los invertebrados hasta los mamíferos marinos”, finaliza la investigadora del CONICET.
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