Atajar uno de los mayores problemas ambientales del planeta, el vertido de plástico al océano, es posible y pasa por el control de la basura en cinco países emergentes: China, Indonesia, Filipinas, Vietnam y Tailandia, con medidas que, en conjunto, costarían 5 millones de dólares anuales.
Así lo pone de manifiesto la investigación ‘Deteniendo la ola: estrategias en tierra para un océano libre de plásticos’ presentada por la organización Ocean Conservancy en una conferencia internacional sobre ciencias marinas celebrada en Puerto Rico.
El sumidero marino contiene ya 150 millones de toneladas de plástico, que puestos en superficie ocuparían lo mismo que el gigantesco estado norteamericano de Texas.
A ellas se suman, de media, ocho millones de toneladas nuevas cada año, según los cálculos de Jenna Jambeck, investigadora de la Universidad norteamericana de Georgia, quien prevé que al ritmo actual el océano será un vertedero con 250 millones de toneladas de plástico en 2025.