La llegada del huracán Barry
a las costas de Estados Unidos avivó la creencia de que el cambio climático está afectando también a la virulencia de estos fenómenos.
Las previsiones avisan de que Barry, que podría convertirse en huracán de categoría 1 antes de tocar tierra, traerá consigo entre 250 y 380 mm de lluvia, lo que supondría cerca de 150 mm más que la media de Julio en Nueva Orleans.
Los expertos y los estudios avisan del aumento de las precipitaciones en los huracanes, que solían caracterizarse más por sus tormentas y fuertes vientos.
‘El cambio climático está aumentando la frecuencia e intensidad de fuertes tormentas de lluvia’, dice Andreas Prein a ‘The New York Times’, científico del Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas. Este huracán anormalmente lluvioso llega después de la región experimentase una de las primaveras más húmedas, que ha llegado a causar el desbordamiento de los ríos.