Un equipo de expertos de la Universidad de Sheffield, en Inglaterra, ha realizado un estudio que ha terminado por revelar algo fascinante: los icebergs frenan el calentamiento global.
Desempeñan un papel fundamental que es estimular el crecimiento del fitoplancton, unos microorganismos que, como buenos seres vegetales que son, absorben grandes cantidades de dióxido de carbono durante la fotosíntesis.
Esto se da gracias a los nutrientes que les proporciona el agua derretida de los icebergs.
La naturaleza es asombrosa, y la supervivencia casi se diría que más. Cuando un organismo se encuentra en un lugar tan inhóspito como la Antártida, debes de poder adaptarte a las condiciones. Las plantas lo han hecho.