La erosión costera ha causado graves daños en la zona sur de Mar del Plata durante más de 30 años. Este problema no solo persiste, sino que se ha acelerado en las últimas dos décadas.
La falta de intervención por parte de las autoridades municipales y provinciales frente a esta situación es preocupante, ya que el deterioro continúa sin parar.
Según informan diversos medios locales la situación comenzó a empeorar hace 20 años, especialmente con la ampliación de la escollera de Quequén y la constante extracción de arena del puerto.
Aunque se logró frenar la erosión en la zona de los acantilados mediante la construcción de rompeolas, la situación en el sur de Mar del Plata nunca volvió a ser atendida. El proyecto original preveía la construcción de siete rompeolas, pero solo se completaron tres, dejando el resto de la zona expuesta.
La importancia de la arena para Mar del Plata
La arena es un recurso fundamental para la ciudad, especialmente para los balnearios del sur, que históricamente han sido un motor económico importante.
Desde San Jacinto hasta Acantilados existían 10 balnearios que proporcionaban empleo directo a más de 200 familias, mientras que indirectamente impulsaban toda la economía de los barrios cercanos.
Actualmente, la falta de arena ha dejado a estos barrios y negocios con un futuro incierto. En contraste, la zona donde se construyeron los rompeolas ha crecido significativamente, mostrando la diferencia que hace la protección del recurso.
Transformación del sector turístico y falta de intervención estatal
Los empresarios han transformado sus estructuras de negocio, pasando de ofrecer servicios de balnearios tradicionales a convertirse en discotecas nocturnas, lo que refleja un cambio hacia una rentabilidad basada más en el consumo nocturno que en la calidad de los servicios turísticos familiares.
Este fenómeno ha deteriorado la oferta turística en la región, llevando al sur de Mar del Plata a perder su carácter familiar y convirtiéndolo en un espacio donde lo nocturno predomina.
La falta de intervención estatal es alarmante. Tanto los gobiernos municipales como provinciales han estado ausentes en la protección de la arena, un recurso natural clave para la sustentabilidad del sur de la ciudad.
El futuro de los balnearios del sur parece inevitable sin una inversión seria en obras de defensa costera. Con el tiempo, un temporal de mediana o gran intensidad podría poner al descubierto la fragilidad de la costa, provocando la pérdida de empleos y destruyendo las playas, dejándolas de difícil acceso.
La falta de infraestructura adecuada, como baños públicos, servicios de urgencias y limpieza de las playas, podría llevar a que el sur de Mar del Plata se transforme en una zona sin servicios, reduciéndose a simples negocios nocturnos sin valor para los turistas ni para los residentes.
El reclamo generalizado es que se tomen decisiones para proteger la costa y recuperar el equilibrio entre el desarrollo económico y la sostenibilidad del medio ambiente. Sin acción, el futuro del sur de Mar del Plata será cada vez más incierto y perjudicial para todos.
Causas de la erosión costera en las playas
La erosión costera es un fenómeno que afecta las zonas costeras de todo el mundo.
Debido al calentamiento global y el derretimiento de los glaciares el nivel del mar aumenta, lo que causa inundaciones y erosión en áreas costeras bajas. También, la acción de las olas se ve afectada por los vientos. Estos hacen que las olas golpeen constantemente la costa, llevando sedimentos y erosionando la línea costera.
Asimismo, las corrientes marinas pueden transportar grandes cantidades de sedimentos.
La extracción de arena y grava de las playas y fondos marinos para uso en la construcción y la industria puede acelerar la erosión costera. La pérdida de sedimentos naturales hace que la playa no pueda regenerarse y mantenerse estable.
Hay algunas soluciones para desacelerar las erosiones. Entre ellas, la protección y regeneración de corales que protegen las costas. A su vez es necesario que se lleven a cabo campañas de concientización como también la vigilancia de las zonas para evitar actividades dañinas que se realizan en la costa.
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