Las variables climáticas que se vienen presentando en los últimos años producto del calentamiento global están modificando la respuesta fenológica de la vid. Según distintas investigaciones realizadas en la provincia, ciertos fenómenos como las olas de calor, la escasez de lluvias y las granizadas extraordinarias, sufridas particularmente en los últimos cinco años, están impactando en el ciclo de la vid.
De hecho, “casi el 60% del rendimiento de la vid responde a la variabilidad climática. El 40% restante tiene que ver con la intervención del hombre en el manejo del viñedo”, señala Martín Cavagnaro, coordinador del Área de Investigación y Desarrollo de la Dirección de Agricultura y Contingencias Climáticas de la Provincia de Mendoza. Particularmente, las temperaturas y las precipitaciones son los factores que influyen en el rendimiento de los viñedos.
Las primeras conclusiones indican que, en algunos casos, estos fenómenos provocan una maduración más rápida de la vid o un menor peso del racimo, en otros, datos de los que la industria vitivinícola deberá tomar nota para optimizar el manejo de los viñedos y mitigar el impacto.