Pocas plantas sobreviven en las alturas de más de 4.000 metros, donde la tierra es pobre, el agua escasa y los inviernos crudos. Recientemente, los campesinos en los Altos Andes de Perú, con el apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) han producido con éxito una nueva variedad de cebada con técnicas nucleares. Llamado Centenario, se ha convertido en uno de granos más populares en Perú.
Es temporada de cosecha en los Altos Andes de Perú. Los aldeanos esperan que sea abundante, lo suficiente para alimentar a sus familias y vender el excedente. No ha sido siempre así. Pocas plantas sobreviven en alturas de alrededor de 4.000 metros.
Ahora los campesinos dependen de un grano que antes se consideraba apto solamente para el consumo animal. Todo comenzó a través de un proyecto respaldado por el Organismo Internacional de Energía Atómica y la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación.
Se aplicó una técnica que irradia la semillas para inducir cambios. Los rayos gama aceleran el proceso evolucionario de los cambios espontáneos que ocurren en la naturaleza. La capacidad natural de las plantas para evolucionar toma normalmente millones de años.
Los productores seleccionaron las mejores plantas y plantaron sus semillas. Este proceso de selección continúo siete años hasta que finalmente, en 2006, nació el Centenario, una nueva cepa de cebada, la mejor que ha tenido Perú hasta ahora.
Produce más grano que cualquier otra variedad; sabe bien y es rico en proteína. El Centenario también es resistente a las enfermedades y tolera las temperaturas extremas que son comunes en los Andes.