El periodista, ecologista y explorador Philippe Cousteau ha defendido la necesidad de crear tres nuevas áreas marinas protegidas (AMP) a gran escala en las aguas antárticas: la Antártida Oriental, el mar de Weddell y la península antártica.
«No podemos resolver la crisis climática si no restauramos y protegemos el océano y no podemos hacerlo sin salvaguardar la Antártida», ha afirmado el nieto del mítico biólogo, explorador e investigador marino francés Jacques Yves Cousteau.
Philippe Cousteau recuerda que aunque el continente antártico como tal no puede explotarse gracias a los acuerdos internacionales, las aguas que lo rodean «continúan expuestas a la pesca comercial», lo que afecta muy directamente al alimento de su «emblemática fauna».
Su propuesta de creación de tres nuevas AMP es «osada» pero «no carece de antecedentes» y subraya que ya en 2016 «pese a las tensiones geopolíticas» fue posible declarar un área similar en el mar de Ross que se ha convertido en la mayor reserva marina del mundo.
Su artículo recuerda además las seis especies reproductoras de pingüinos nativas de la Antártida -rey, emperador, barbijo, adelia, macarroni y papúa-, unas «increíbles y adorables criaturas» cuyo hábitat se encuentra «realmente amenazado».
Prueba de ello son los récords de temperatura en las regiones polares tanto del Norte y del Sur, donde los cambios «se están acelerando a velocidades inimaginables», hasta el punto de convertir fenómenos extraordinarios como el colapso de una plataforma de hielo del tamaño de Roma en el océano Antártico en algo habitual.
Cousteau califica esta noticia de «escalofriante» y alertado de la necesidad de actuar con rapidez para reducir «drásticamente» las emisiones globales de carbono, así como adoptar medidas que permitan a la región y su «asombrosa» fauna, adaptarse y hacer frente a la crisis climática.