Retorno a lo salvaje: Escocia podría convertirse en la primera nación “resilvestrada”

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Al final de la última glaciación, Escocia era un lugar verdaderamente salvaje, donde el tigre de las Highlands, un gato montés con bandas distintivas, y el lobo, el lince y el oso vagaban entre los bosques de pinos de Caledonia. Los romanos llamaban al norte del país “El gran bosque de Caledon”. Pero con el tiempo, los humanos purgaron la tierra para obtener madera, carbón y agricultura. Especies autóctonas como el jabalí, el turón y el alce desaparecieron. A principios del siglo XX, sólo el 5% de la superficie de Escocia estaba cubierta de bosques.

Ahora el país está viviendo un momento de zeitgeist para la resilvestración (en esencia, la reconstrucción de los ecosistemas a sus estados naturales no cultivados, conocida en inglés como rewilding) con nuevos esfuerzos y una matriz de tierras silvestres y corredores naturales que se extienden por todo el país. Las acciones de los responsables se están alineando y, si tienen éxito, convertirán a Escocia en la primera nación rewilded del mundo.

“Escocia tiene paisajes majestuosos y cañadas hermosas, pero la plenitud ecológica ha disminuido mucho”, dice Peter Cairns, presidente ejecutivo de la organización sin ánimo de lucro Scotland: The Big Picture. “La ruptura del clima es uno de los principales motores para que la resilvestración cobre impulso ahora, porque une a todos”.

Mediante programas de voluntariado y experiencias de inmersión nocturna, estas organizaciones de resilvestración esperan abrir los ojos de los visitantes a lo que podría ser el futuro. He aquí algunos lugares en los que se puede echar un vistazo.

Hacia lo salvaje

En Escocia nadie se pone de acuerdo sobre cuándo comenzó oficialmente el movimiento de resilvestración, pero una perspectiva popular lo sitúa a finales de los años 80. Fue entonces cuando la organización benéfica Trees for Life (Árboles para la Vida) pasó de preservar especies individuales y hábitats específicos (el enfoque selectivo de la conservación en aquella época) a reactivar los procesos ecológicos con un enfoque a escala de paisaje.

En la actualidad, Trees for Life está detrás de la visión de largo alcance de Affric Highlands, un proyecto de 30 años para transformar Glens Cannich, Affric, Moriston y Shiel (una sucesión de valles, en las Tierras Altas Centrales) en un refugio ininterrumpido. Más a corto plazo, también es responsable de una primicia mundial en materia de resilvestración.

A partir de la primavera de 2023, los viajeros que se aventuren al oeste del lago Ness, en Glenmoriston (también Glen Moriston), podrán experimentar el inmersivo Dundreggan Rewilding Centre. Situado en medio de pinares y enebros en la finca de 4046 hectáreas de Trees for Life, el campus se ha desarrollado para adelantar el ambicioso proyecto y mostrar a los visitantes formas de ver la naturaleza de nuevo.

Este paisaje revitalizado alberga ahora 4000 especies de plantas y animales autóctonos, entre los que se encuentran un grupo de corzos, liebres de montaña, topillos acuáticos, murciélagos de orejas largas, nutrias y urogallos negros. La esperanza es que los visitantes se sientan inspirados para volver a relacionarse con la naturaleza de nuevas maneras en casa. Para una inmersión total, el portal de resilvestración, con exposiciones y aulas, albergará un complejo de 40 camas para investigadores y voluntarios.

Los viajeros pueden intentar galvanizar su relación con todo, desde las piñas hasta las bisbitas, en el proyecto de rewilding más ambicioso de Escocia, Cairngorms Connect. Concentrado en una meseta subártica de 600 kilómetros cuadrados en el Parque Nacional de Cairngorms, el mayor de Gran Bretaña, la empresa de múltiples propietarios se ha embarcado en un plan de 200 años para restaurar los ríos y volver a plantar el antiguo bosque de pinos de Caledonia. Los visitantes ya pueden participar en excursiones guiadas por los guardas y en fines de semana de resilvestración para ayudar a revitalizar el paisaje. El año que viene, la Real Sociedad Zoológica de Escocia introducirá por primera vez 20 gatos salvajes.

No todas las especies autóctonas que regresan se esconden en cañadas salpicadas de tojos. En los últimos años, según James Nairne, del Grupo Escocés del Castor Salvaje, se han reintroducido castores euroasiáticos y se han trasladado a lugares como la ruta del castor escocés de Knapdale, en Argyll y Bute, y el milano real de Argaty, cerca de Doune, al noroeste de Stirling. Los visitantes pueden vislumbrar a los habitantes del río en un safari nocturno en canoa por el superlativo río Tay con el operador turístico Perthshire Wildlife. Al atardecer, los roedores escurridizos están en su punto más álgido.

“El castor escocés fue exterminado hace 400 años y, sin embargo, ahora hay unos 1000 ejemplares que vuelven a prosperar en la naturaleza”, afirma Nairne. “Al tener esta especie reintegrada en nuestras tierras fluviales y lochs [lagos], obtenemos más de todo lo demás”.

En un paisaje en el que el turismo basado en la naturaleza aporta casi el 40 por ciento de todo el gasto de los visitantes, según la agencia gubernamental NatureScot, las nuevas empresas están siendo impulsadas por otras especies reintroducidas. Una de ellas es el milano real, que se ha restablecido en el Galloway Kite Trail, en Loch Ken, en Kirkcudbrightshire, mientras que el águila real se cría ahora en las trenzadas colinas de Moffat, gracias a la translocación de 40 rapaces por el South of Scotland Golden Eagle Project.

Por su parte, la Reserva Natural de Alladale, en Sutherland, a 80 km al norte de Inverness, apunta a las tradicionales fincas deportivas de la época victoriana de las Highlands. Esta parcela de 9300 kilómetros, que en su día fue el dominio exclusivo de una docena de cazadores de ciervos, acoge ahora a unos 1500 visitantes anuales. Llegan, como dice el “wildlife laird” [señor escocés de la vida silvestre] Paul Lister, para “llegar al final del camino, conectar con el entorno y sentirse espirituales”.

Durante más de dos décadas, Lister ha tratado de influir en la configuración del paisaje de las Tierras Altas valiéndose de su riqueza y sus tierras, y en 2003 se propuso reintroducir en Escocia lobos salvajes, una especie que fue cazada hasta su extinción en 1680. Para él, es como volver a meter el conejo en la chistera del mago.

“La reintroducción de este depredador supremo desencadenó un cambio ecológico imprevisto en el Parque Nacional de Yellowstone, y podría ser sólo cuestión de años que los lobos se transloquen a Alladale”, dice. “No hay duda de que la gente querría verlos en libertad aquí”. Otra chispa para la economía local podría ser la apertura en abril de 2023 de la reserva de The Willow Centre, un retiro de mindfulness, centro educativo y restaurante vegetariano recién arraigado en un pliegue de la cañada.

Por ahora, el lobo de Escocia es el águila pescadora. La marta. El urogallo negro. Esta no es la Escocia de antaño, y es tentador ver una visita a sus Arcadias de resilvestración como un viaje al pasado, pero a un lugar con un futuro más positivo.

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