El cacique Raoni, líder de los kayapó y figura emblemática en la defensa de los pueblos indígenas y la Amazonía, se prepara para recibir al presidente Luiz Inácio Lula da Silva en su tierra. Con cerca de 90 años, Raoni continúa su lucha contra la deforestación, la minería ilegal y los megaproyectos cómo la explotación petrolera que amenazan la selva tropical más grande del mundo.
Mensaje para la COP30
De cara a la cumbre climática COP30, que se celebrará en noviembre en Belém, Raoni planea instar a los líderes mundiales a proteger la naturaleza y evitar un futuro catastrófico.
En sus palabras, reproducidas en una nota de la agencia AFP, “como humanos tenemos un origen único y debemos vivir en armonía, proteger la naturaleza para el buen vivir de indígenas y no indígenas”.
Exigencias a Lula
Raoni tiene dos demandas principales para Lula:
- Detener la explotación petrolera en el Margen Ecuatorial, un proyecto que ha generado críticas de ambientalistas por su impacto potencial en la Amazonía.
- Cumplir con la demarcación de tierras indígenas, una promesa clave para garantizar la supervivencia de los pueblos originarios y la preservación de sus territorios.
Raoni también recordó a Lula los errores del pasado, como la construcción de la represa Belo Monte sin consulta previa, y expresó su intención de trabajar con el mandatario para asegurar el bienestar de las comunidades indígenas.
Impacto del cambio climático
El líder indígena destacó cómo el cambio climático ha transformado la vida de su pueblo, con desmonte, contaminación de ríos y lluvias extremas que afectan la agricultura y la biodiversidad.
Raoni hizo un llamado a los no indígenas para que reflexionen sobre las consecuencias de la destrucción ambiental y trabajen juntos para mantener el equilibrio climático.
Posición sobre Bolsonaro
Raoni reiteró su denuncia contra el expresidente Jair Bolsonaro por perseguir a los indígenas y destruir su hábitat.
Ante la posibilidad de que Bolsonaro enfrente prisión, Raoni expresó su apoyo total, calificándolo como una persona sin mirada humanitaria.
Foto de portada: Ricardo Stuckert/PR
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