Sudamérica sufre la segunda sequía más intensa desde 2002

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Gran parte de América del Sur está sufriendo un grave déficit de precipitaciones. Según la información publicada por la NASA en su sitio web, las señales de la sequía comenzaron a aparecer en las observaciones de gravimetría satelital en el sudeste de Brasil a mediados de 2018, y se habían extendido a partes de Paraguay, Bolivia y el norte de Argentina para 2020. Hasta el momento, la sequía actual es la segunda más intensa del continente desde 2002, sólo superada por la que ocurrió en 2015-2016 en el este de Brasil y Venezuela.

“Esta es la segunda sequía más intensa en América del Sur desde 2002”, dijo Matthew Rodell, hidrólogo del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. “El cálculo se basa en la extensión, la duración y el volumen de agua perdida durante la sequía, según lo medido por los satélites GRACE y GRACE-FO”.

La NASA también disponibilizó un mapa del 26 de octubre de 2020 que muestra el almacenamiento de agua subterránea poco profunda en América del Sur medido por los satélites Gravity Recovery and Climate Experiment Follow On (GRACE-FO). Los colores representan la anomalía de humedad, es decir, cómo se comparan los niveles de agua subterránea con los registros a largo plazo de octubre. Las áreas azules tienen más agua de lo habitual y las áreas naranjas y rojas tienen menos. Los rojos más oscuros representan condiciones secas que, estadísticamente, deberían ocurrir sólo aproximadamente una vez cada 50 años.

El largo período de condiciones secas en el centro y sur de Sudamérica tuvo como consecuencia enormes áreas afectadas por incendios generalizados e inusualmente intensos. En general, los cultivos de maíz de invierno tuvieron bajos rendimientos y la llegada tardía de las lluvias primaverales retrasó las nuevas plantaciones de soja.

En varios ríos la falta de agua trajo consecuencias para el transporte marítimo y varios barcos terminaron encallados. El Río Paraguay registró su nivel más bajo en medio siglo, el transporte de cargas se demoró o redujo a cargas más pequeñas, lo que provocó la pérdida de millones de dólares en comercio. Los expertos aseguran que si los niveles de agua continúan bajando, el envío al puerto podría detenerse.

Sequía anunciada

Dado que los océanos desempeñan un papel importante en el almacenamiento y distribución del calor y la humedad en todo el mundo, los períodos prolongados de sequía o humedad a menudo van precedidos y acompañados de anomalías notables en las temperaturas de la superficie del mar.

Antes de la temporada de incendios, Yang Chen de la Universidad de California en Irvine, pronosticó un clima seco y favorable al fuego en el sudeste del Amazonas, basándose en temperaturas inusualmente altas en el océano Atlántico tropical. Estos períodos de temperaturas cálidas del agua son parte de lo que los climatólogos llaman Oscilación Multidecadal Atlántica, y tienden a cambiar los patrones climáticos de una manera que empuja hacia el norte un cinturón de lluvia clave en los trópicos.

“Más al sur, en Paraguay, Uruguay y el norte de Argentina, se llega a una región extratropical donde la sensibilidad a la sequía es bastante diferente”, explicó Chen. “En América del Sur extratropical, las bajas temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico tropical están más estrechamente asociadas con las sequías”. El Índice Oceanic Niño (ONI), una medida de las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial central y oriental, cayó por debajo de lo normal en mayo.

La NOAA declaró oficialmente La Niña el 10 de septiembre de 2020. La Niña generalmente trae condiciones más húmedas al norte del Amazonas, pero un clima más seco a la parte sur del continente. Los meteorólogos esperan que La Niña sea de intensidad moderada y persista al menos hasta finales de 2020.

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