El brote de la enfermedad mató a más de 1.000 personas en África Occidental y no hay por el momento un tratamiento aprobado contra el virus.
‘Bajo las circunstancias extraordinarias de este brote y cumpliendo una serie de condiciones determinadas, el grupo de expertos coincidió en que es ético ofrecer fármacos experimentales con eficacia y efectos secundarios desconocidos como terapia potencial o para la prevención’, señala la OMS en un comunicado que reproducen las agencias DPA y EFE.
En cualquier caso hay que tener en cuenta los factores éticos al administrar este tipo de fármacos, indicaron los expertos de la OMS, como transparencia en todos los aspectos del tratamiento de los afectados, así como su consentimiento informado, la confidencialidad médica y el respeto a la dignidad de los pacientes.
Los datos de los pacientes deben ser recogidos para poder aprender más sobre la eficacia y seguridad de esos fármacos, añadieron los expertos.