A pocos días de hacer balance del que con toda probabilidad ha sido -por el momento- el segundo año más cálido registrado en la Tierra desde la Revolución Industrial, el 2019 incorpora un nuevo fenómeno climático-meteorológico inusual.
Las temperaturas en amplias zonas terrestres de Australia y Nueva Zelanda se han elevada durante los dos últimos meses por encima de lo normal para esta época del año (primavera en el hemisferio Sur), como ha quedado en evidencia por los reiterados y catastróficos incendios sobre todo en el este de Australia.
Un fenómeno parecido afecta ahora a las aguas del Pacífico, al este de Nueva Zelanda. Utilizando una denominación ya común en otros puntos del planeta, como en la costa noroeste de América, los medios de comunicación de Nueva Zelanda hablan reiteradamente estos días el hot blob (gota o burbuja caliente) en las aguas del Pacífico sur.
A massive patch of water -likely bigger than the land mass of New Zealand itself- off the eastern coast of New Zealand is likely boasting the warmest temperatures on the planet at the moment. #Climate #ClimateChange https://t.co/egNkbHsEgT
— Critical Follower (@huisier) December 26, 2019
Durante la última semana, la zona central de esta gran bolsa de agua registra temperaturas hasta cinco grados por encima de la media. Los expertos recuerdan que este tipo de fenómenos se repite con relativa frecuencia pero en muy pocos casos se han alcanzado temperaturas tan elevadas como la actual.
https://youtu.be/hV77IxS3oQA
Un experto neozelandés dijo que una primera explicación a este fenómeno es que se trata simplemente de una área de agua marina sobre la que no ha habido nubes durante varios días y tampoco se han registrado vientos de importancia.
El Instituto Nacional de Investigaciones del Agua y la Atmósfera de Nueva Zelanda (Niwa) ha recordado que el pasado mes de noviembre se batió el récord histórico de temperaturas altas en este país y que a mediados de diciembre, después de unos días de normalidad térmica, los termómetros volvieron a subir en buena parte de las islas. También en las aguas próximas se han observado condiciones similares.
Además de un exhaustivo seguimiento del posible efecto de este blob hot el la costa de Nueva Zelanda, los expertos estudian la incidencia en procesos de alcance mayor, recordando el gran impacto de procesos cíclicos como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS).