La plataforma petrolera MX-1, que se retiró en 2011 tras funcionar por más de dos décadas, se ha convertido desde entonces en un foco de biodiversidad marina, según investigadores. “Este es el hábitat de muchas especies, tanto nuevas para la ciencia como endémicas”, afirma Yuri Hooker, biólogo marino con más de 30 años de experiencia investigando el mar peruano. Afirma que alrededor de la plataforma se pueden encontrar mantarrayas, tiburones ballena y praderas de corales abanico, así como una abundancia aparentemente “infinita” de especies de peces.
Pero este arrecife accidental podría tener que ser eliminado debido a requisitos legales. Biólogos marinos, conservacionistas y miembros de las comunidades locales temen que este rico ecosistema recién descubierto desaparezca con él.
Perú: un ecosistema sin querer
La plataforma MX-1 es una de las siete plataformas petroleras en desuso de la costa norte de Perú -todas ellas propiedad de la petrolera estatal Petroperú- que actualmente se enfrentan a su retirada. Pero, al haberse convertido en un santuario submarino, es la que más atención atrajo.
Anclada frente a Los Órganos desde 1985, el fin de la búsqueda de petróleo en la zona y su posterior abandono permitieron que la plataforma floreciera como hogar de 26 especies de peces y 57 de invertebrados, según el último estudio de Hooker.
Las superficies rugosas de la estructura MX-1 son ideales para que distintos organismos marinos se adhieran a ellas, explica Hooker. Los sólidos pilotes anclados al lecho marino favorecen a la presencia de corales, invertebrados y algas.
La ubicación de la plataforma MX-1 entre aguas cálidas y el encuentro de corrientes oceánicas ha contribuido a crear un abundante ecosistema. Aunque la región experimenta variaciones estacionales, el mar frente a Los Órganos tiene una temperatura media anual en superficie de unos 20°C, mientras que la corriente cálida del Pacífico Sur converge aquí con la corriente de Humboldt. Esta última transporta agua más fría y nutrientes de las profundidades a la superficie y ayuda a la productividad biológica de la zona de Los Órganos, alimentando toda la cadena alimentaria.
Las condiciones de esta parte del mar peruano han convertido al MX-1 en un hábitat para millones de microorganismos, que luego sirven de festín a especies de peces como el jurel.
También abundan los peces damiselas y dos especies vitales para la pesca artesanal en el norte de Perú: la doncella y la cabrilla de callao o de roca. Por este motivo, la plataforma ha atraído a pescadores artesanales y buceadores. Además, es hábitat de aves costeras y oceánicas, lobos marinos, delfines y mantarrayas, y, durante la temporada de migración, las ballenas jorobadas dan saltos sin parar en un espectáculo de danza al aire libre.
“Es uno de los mejores puntos de buceo del Perú y perderlo sería una pena, tanto para el ecoturismo, la conservación y la pesca artesanal”, afirmó Adriana Zavala, bióloga marina y fundadora del centro de buceo Chelonia, que trabaja en esta zona del país. Empresas como la suya organizan excursiones por la plataforma desde 2012.
Zavala destaca la ambigüedad de la normativa que rodea la retirada de la plataforma MX-1 y la falta de reglamentos específicos para los arrecifes artificiales en Perú. Esto puede poner en peligro las diversas actividades económicas que han surgido en torno a la plataforma en su segunda vida, dijo la bióloga.
Obligaciones legales en Perú
Desde 2011 -el mismo año en que cesaron las operaciones de MX-1- la concesión de la plataforma pertenece a Savia Perú. La empresa, propiedad de la estadounidense De Jong Capital, se dedica a la extracción y exploración de petróleo y gas en aguas peruanas.
El contrato de concesión de Savia finaliza el 15 de noviembre de 2023, tras lo cual está obligada a retirar toda la infraestructura instalada en el yacimiento en virtud del Reglamento para la Protección Ambiental en las Actividades de Hidrocarburos de Perú. Esta normativa establece que el operador de una concesión debe presentar al Ministerio de Energía y Minas (MINEM) un “plan de abandono” para la finalización de su contrato. El retiro de MX-1 “es parte de este plan e incluye otras siete plataformas, así como líneas submarinas, tanques y la remediación de tierras”, dijo Orlando Mercado, gerente de responsabilidad social de Savia Perú.
Savia presentó su plan de abandono a la Dirección General de Hidrocarburos del MINEM en noviembre de 2018. “Pensábamos que se aprobaría en 2019, lo que nos daría cuatro años para llevar a cabo el retiro de las instalaciones sin problemas. Son más de 500 toneladas de fierro que no se pueden sacar de la noche a la mañana”, comentó Mercado.
Sin embargo, el plan fue aprobado recién en abril de 2022, y se estableció que Savia está obligada a no dejar ningún pasivo ambiental al término de su contrato. De lo contrario, perdería la fianza de 20 millones de dólares dispuesta por OEFA -la agencia gubernamental de evaluación y aplicación de la normativa ambiental- por incumplir los planes de abandono.
Aunque la regla general establece el retiro de las infraestructuras una vez termine su periodo de uso, existen dos excepciones: la primera es cuando hay alguna entidad interesada en quedarse con la instalación y la otra es cuando el retiro causa un mayor daño al medioambiente.
La plataforma MX-1 no es la primera infraestructura petrolera o de gas que encuentra una nueva vida tras el cese de sus operaciones, lo que ha obligado a países a plantear marcos jurídicos para su gestión. Países como Australia, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Malasia, Noruega y Países Bajos tienen políticas relacionadas con el abandono que incluyen, por ejemplo, permitir su uso continuado como arrecife artificial.
Otras iniciativas han encontrado usos creativos para infraestructuras en desuso. En el Reino Unido, una plataforma fue rebautizada See Monster y convertida en una instalación artística temporal antes de su eventual desmantelamiento. En la costa de Malasia, una plataforma ahora se llama Seaventures Dive Rig y se convirtió en un centro turístico.
Fuente: Diálogo Chino
Periodista: María Elena Carbajal