Seis de los nueve lĂ­mites planetarios fueron superados

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Un nuevo estudio que actualiza el marco de los límites planetarios muestra que las actividades humanas afectan aumentan el riesgo de desatar cambios drásticos en las condiciones generales de la Tierra.

De hecho, segĂşn publican sus autores en la revista ‘Science Advances’, alertan de que ya se han superado seis de los nueve lĂ­mites planetarios: cambio climático, deforestaciĂłn, pĂ©rdida de biodiversidad, productos quĂ­micos sintĂ©ticos, incluidos los plásticos, agotamiento del agua dulce y uso de nitrĂłgeno.

Durante más de 3.000 millones de años, la interacción entre la vida (representada por el límite planetario, la Integridad de la Biosfera) y el clima ha controlado las condiciones ambientales generales de la Tierra.

Las actividades humanas, por ejemplo la sustitución de la naturaleza por otros usos del suelo, la modificación de la cantidad de agua en los ríos y en el suelo, la introducción de productos químicos sintéticos en el medio ambiente abierto y la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera influyen en estas interacciones.

Respetar y mantener las interacciones en el sistema terrestre para que sigan siendo similares a las que han controlado las condiciones de la Tierra en los últimos 12.000 años es fundamental para garantizar que las actividades humanas no desencadenen cambios drásticos en el estado de la Tierra, cambios que probablemente disminuirían la capacidad del planeta para sustentar a las civilizaciones modernas.

La importancia de los “lĂ­mites planetarios”

Los nueve “lĂ­mites planetarios” representan componentes del medio ambiente global que regulan la estabilidad y la habitabilidad del planeta para las personas. El grado de superaciĂłn de los niveles seguros de los lĂ­mites está causado por las actividades humanas que afectan a los componentes.

El marco de los lĂ­mites planetarios aplica los conocimientos cientĂ­ficos más recientes sobre el funcionamiento del sistema terrestre para identificar un “espacio operativo seguro” para la humanidad, proponiendo lĂ­mites para la medida en que se puede permitir que las actividades humanas afecten a procesos crĂ­ticos sin riesgo de desencadenar cambios irreversibles en las condiciones de la Tierra que nos sustentan.

Por primera vez se presentan parámetros para todos los límites. Seis de los límites se han transgredido, y la transgresión está aumentando en todos los casos excepto en el de la degradación de la capa de ozono de la Tierra, pero no basta con centrarse en el clima a escala mundial, señalan los autores.

El desarrollo de modelos del sistema terrestre que reproduzcan con precisión las interacciones entre los límites, especialmente la integridad del clima y la biosfera, es una prioridad urgente, añaden.

El estudio, publicado en la revista ‘Science Advances’, representa la tercera actualizaciĂłn del marco realizada por veintinueve cientĂ­ficos de ocho paĂ­ses diferentes.

La tendencia a transgredir cada vez más los límites es preocupante, alerta Katherine Richardson, catedrática del Globe Institute, directora del Centro de Ciencias de la Sostenibilidad de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y responsable del estudio.

“Traspasar seis lĂ­mites en sĂ­ mismo no implica necesariamente que se vaya a producir una catástrofe, pero es una clara señal de alarma –asegura–. Podemos considerarla como nuestra propia tensiĂłn arterial. Una tensiĂłn superior a 120/80 no garantiza un infarto, pero aumenta el riesgo de sufrirlo, por eso intentamos reducirla. Por nuestro propio bien y el de nuestros hijos, debemos reducir la presiĂłn sobre estos seis lĂ­mites planetarios”.

Conclusiones del estudio

Una conclusiĂłn destacada del estudio es que hay que centrarse más en las interacciones entre los lĂ­mites. “Centrarse en el cambio climático provocado por el hombre no es suficiente si queremos proteger el sistema terrestre de daños irreversibles”, señala Johan Rockström, Director del Instituto de Potsdam para la InvestigaciĂłn del Impacto Climático (PIK), y proponente original del marco en 2009.

El coautor Wolfgang Lucht, jefe del departamento de Análisis del Sistema Terrestre del PIK, señala que, “junto al cambio climático, la integridad de la biosfera es el segundo pilar de la estabilidad de nuestro planeta. Nuestra investigaciĂłn demuestra que mitigar el calentamiento global y salvar una biosfera funcional para el futuro tienen que ir de la mano”, añade.

La necesidad de respetar la frontera del cambio de uso del suelo pone el foco en el creciente uso mundial de la biomasa como alternativa al carbĂłn, el petrĂłleo y el gas. La biomasa es el producto de la fotosĂ­ntesis, el proceso por el que las plantas convierten la energĂ­a del sol en energĂ­a utilizable por otros organismos vivos y, por tanto, suministra la energĂ­a que sustenta la biodiversidad.

“Nuestro estudio demuestra que los seres humanos se están apropiando del equivalente a en torno al 30 % de la energĂ­a que estaba disponible para mantener la biodiversidad antes de la RevoluciĂłn Industrial –afirma Richardson–. Sin duda, la eliminaciĂłn de tanta energĂ­a que de otro modo habrĂ­a estado a disposiciĂłn de la naturaleza debe ser un factor de pĂ©rdida de biodiversidad. Por lo tanto, proponemos la adopciĂłn de la ApropiaciĂłn Humana de la ProducciĂłn Primaria Neta (HANPP), es decir, el uso de biomasa, como una de las dos mĂ©tricas que se pueden utilizar para medir la biodiversidad”.

Johan Rockström indica que “un mundo que se desarrolle dentro de unos lĂ­mites definidos por la ciencia es la Ăşnica manera de sortear nuestra situaciĂłn actual de riesgos crecientes y potencialmente catastrĂłficos a escala planetaria”.

“Ya lo reconocemos en lo que respecta al clima, donde el acuerdo de ParĂ­s ha adoptado el lĂ­mite planetario climático de mantener el lĂ­mite de 1,5 °C –prosigue–. Del mismo modo, el mundo ha aceptado el lĂ­mite planetario de la biodiversidad, cuando se decidiĂł en la COP15 de Montreal-Kunming de 2022, para detener e invertir la pĂ©rdida de biodiversidad en la tierra y en el ocĂ©ano”.

 

 

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