Una solución eficaz para cuidar de las zonas verdes en tiempos de sequía. Los agujeros para la lluvia son una reciente técnica de cultivo que ayudan a sanar la Tierra.
Según la Agencia Española de Meteorología (AEMET), hasta ahora 2022 está siendo el tercero más seco de la última década, con un 26% menos de precipitaciones respecto a la media, como lo fueron antes 2005 y 2012. La temporada particularmente más seca de este año a nivel mundial, ha sido el periodo comprendido entre el 1 de mayo y el 15 de agosto, siendo el agosto más seco desde, al menos, 1950. No obstante, en muchos de los sitios sondeados lo normal es que apenas y haya lluvia en ese mes.
A la ausencia de precipitaciones durante este año se le suma el calor extremo. Esta coincidencia de condiciones ha provocado una de las sequías más graves de las últimas décadas sólo en Europa, donde el 64% del territorio se encuentra afectado ahora mismo por la ausencia de lluvias en los últimos meses. Por primera vez en este siglo, las reservas hídricas están por debajo del 40%.
Un método que “crea” lluvia
Agricultores de medio mundo están realizando agujeros para la lluvia en el terreno en forma de medialuna. Estos socavones se disponen opuestos a la pendiente y, al llover, acumulan el agua, en lugar de que fluya en forma de torrentes que erosionan el suelo.
Así, permiten que la tierra absorba el agua lentamente. Con más agua en el suelo, la vegetación se multiplica en un ciclo que se retroalimenta, pues a más vegetación más lluvia.
Alrededor del 40% de la lluvia que tenemos se genera por el llamado ciclo corto del agua, es decir, el vapor de agua que genera la lluvia procede de plantas y árboles que expulsan a través de las hojas, por lo que plantar árboles es plantar lluvia.
Detener la erosión del suelo y multiplicar la cobertura vegetal puede ayudarnos a reverdecer nuestro planeta y a detener la desertificación. Agricultores de Kenia y Tanzania ya han cavado mas de 200,000 de estos agujeros para la lluvia ayudando a regenerar mas de 300,000 hectáreas.
Europa ya se beneficia de los agujeros para la lluvia
Este método de cavar agujeros para la lluvia en los cultivos tiene incluso nombre propio en la localidad de las islas Canarias: Geria. Una geria es un hoyo cónico de tres metros de profundidad y seis metros de diámetro excavado en capas naturales de grava volcánica y en cuyo centro se planta la vid.
Alrededor, se coloca un muro de piedras con forma circular o de medialuna para acumular agua y proteger la planta del viento. El conjunto de estas perfectas oquedades ofrece, con su vestido verde, ocre y negro, un paisaje que único en el mundo que ayudó a declarar la zona de Lanzarote como Reserva de la Biosfera.
Ventajas para todos
Actualmente, la agricultura intensiva que destruye la estructura del suelo con el arado, el exceso de fertilizantes o los herbicidas, transforma el suelo fértil y provoca que cada vez tengamos menos agua disponible. Una agricultura sostenible es más deseable, con métodos como el de la creación de agujeros para la lluvia.
Una agricultura sostenible conserva la biodiversidad del suelo y su estructura, reteniendo hasta 10 veces más de agua que un cultivo convencional. Además, un suelo fértil captura gran cantidad de dióxido de carbono del aire y lo secuestra bajo tierra, disminuyendo las emisiones de este gas de efecto invernadero tan contribuyente al calentamiento global.