Las autoridades paquistaníes confirmaron este sábado los peores pronósticos y elevado por encima del millar los fallecidos en las inundaciones que llevan semanas azotando el país por las lluvias torrenciales, especialmente catastróficas en la provincia de Sindh, en el sur del territorio nacional.
La Autoridad Nacional para la Gestión de Desastres (NDMA) ha verificado 1.033 fallecidos y 1.527 heridos desde el 14 de junio. De ellos, 119 personas han muerto (76 en Sindh) y 71 han resultado heridas en las últimas horas.
Los daños materiales ascienden a unos 3.000 millones de euros. Casi 950.000 viviendas han quedado parcial o totalmente destruidas, más de 720.000 cabezas de ganado han muerto, hay daños en casi 3.500 kilómetros de carreteras y casi 150 puentes han acabado colapsados.
Imágenes de varias localidades afectadas en Khyber Pakhtunkhwa muestran viviendas completamente arrasadas y caminos inundados, mientras cientos de personas aguardan su turno para recibir alimentos de parte del Ejército paquistaní. Las autoridades paquistaníes han movilizado a las fuerzas de seguridad en las labores de salvamento.
Las inundaciones afectaron a 110 municipios del país, 72 de las cuales han sido declarados zona calamitosa. Los afectados directos por las lluvias ascienden a 5,7 millones, pero contando toda la situación general, unos 33 millones de personas se han visto amenazadas por las inundaciones.
La situación más grave atañe a las 498.000 personas que ahora fueron trasladadas a campamentos de socorro, entre ellas un total de 51.000 rescatados, aproximadamente, de acuerdo con el balance recogido por la cadena Geo TV.
Según la NDMA, Pakistán recibió 166,8 mm de lluvia en agosto, en comparación con el promedio de 48 mm, un aumento del 241 por ciento. En consecuencia, el aumento anormal de las lluvias generó inundaciones repentinas en todo el país, particularmente en la parte sur de Pakistán y concretamente en Sindh, donde más de una veintena de municipios han quedado sumergidos.
La ministra de Cambio Climático, Sherry Rehman, confirmó en las últimas horas la apertura de una “sala de guerra” encabezada por el primer ministro, Shabhaz Sharif, para enfrentarse a estas “lluvias monstruosas”.
“Pakistán está pasando por su octavo ciclo de monzones; normalmente el país tiene solo tres o cuatro ciclos de lluvia monzónica. Esto no tiene precedentes y los datos que barajamos nos dan a entender que podríamos atravesar otro noveno ciclo el mes que viene”, declaró.
Pakistán se encuentra entre los 10 países más afectados por el cambio climático en el mundo. Esta nación del sur de Asia también fue testigo de una intensa ola de calor a principios de este año que causó numerosos muertos y pérdidas en propiedades de miles de personas.