Basura Espacial: un problema en orbita

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Más de 16.000 objetos de más de diez centímetros, entre ellos unos 6.000 satélites –sólo un millar operativos– orbitan alrededor del planeta, junto con los asteroides.

 
Hace tiempo que el espacio dejó de ser un lugar vacío y solitario. Hoy día, ahí afuera hay cantidad de basura espacial excedente de los intentos del hombre por conquistar los rincones del Sistema Solar.
 
Se estima que, de los más de 6.000 satélites lanzados desde el comienzo de la era espacial, menos de 1.000 se mantienen operativos, mientras que el resto ha vuelto a entrar en la atmósfera o sigue en órbita abandonado a su suerte. Esa situación implica un alto riesgo de generar nuevos fragmentos de basura espacial si sus baterías o el combustible que queda en sus depósitos llegasen a explotar.
 
Al menos 16.000 objetos de más de diez centímetros de diámetro y cientos de millones de pequeñas partículas orbitan a velocidades de vértigo alrededor de la Tierra, en muchos casos interponiéndose en la trayectoria de naves espaciales o satélites artificiales y amenazando su integridad física.
 
Estos escombros galácticos son en su mayoría grandes restos de cohetes, viejos satélites ya en desuso o componentes de artefactos espaciales, como motas de polvo o trozos de pintura. La colisión de una nave espacial o un satélite con estos residuos puede suponer un daño grave y costoso de reparar, así como la generación de más fragmentos que se acumularían en torno a la Tierra en forma de basura espacial.
 
Evitar los escombros maniobras se ha convertido en rutina para las tripulaciones de la Estación Espacial Internacional, y el problema está empeorando: los bajos niveles de desechos orbitales se han incrementado un 50% en los últimos cinco años.
 
La reducción de los desechos de las futuras misiones no es suficiente. Incluso si todos los lanzamientos terminarán mañana, la cantidad total de residuos iría en aumento.
 
Las colisiones siguen siendo escasas por ahora, pero corre el riesgo de explosión de viejos satélites debido a las sobras de combustible o baterías parcialmente cargadas con luz solar orbital.  Tales explosiones conducirían a niveles de residuos de “densidad crítica”.
 
Alrededor de la estación espacial, en orbita a 418 kilómetros (260 millas) de la superficie de la Tierra, está lleno de escombros que pueden dañar su estructura, pero suelen mantenerse a una distancia segura, según informaciones de la NASA.
 
 
 
Hace un mes atrás aproximadamente, la Agencia Espacial Europea (ESA) mostró públicamente su alarma por el incremento de la basura espacial, sobre todo porque la presencia de esta en la órbita de la Tierra, puede producir serios daños en los satélites y afectar así, por ejemplo, a la telecomunicación mundial.
 
La ESA impulsará la creación de un radar para vigilar y evaluar los riesgos de la posición de los fragmentos de basura espacial que orbitan la Tierra y que ponen en peligro a satélites y plataformas espaciales.
 
“Este radar permitirá probar y validar nuevas técnicas para monitorizar la posición de los fragmentos de basura espacial”, explicó Nicolas Bobrinsky, responsable del programa preparatorio de la ESA para el Conocimiento de Medio Ambiente.
 
Para argumentar el peligro que corren estos satélites, los de la ESA expusieron que el 70% de esta basura se pasea a 2000 kilómetros de la superficie del planeta, lo que implica que estaría en la misma línea que utilizan los satélites terrestres y que son, nada más ni nada menos, unos 3500.
 
Sí, pero 3500 son sólo los que están actualmente en funcionamiento, pues la cantidad exacta es de 13 mil satálites. Es decir, todo el resto que no está funcionando es, efectivamente, basura espacial, la cual claramente sobrepasa con holgura a los que sí sirven.
 
Ahora, cabe destacar que al respecto la ESA ya lanzó un pan de limpieza en el espacio, denominado Clean Space y con el objetivo principal de reducir el impacto al medioambiente y a los satélites útiles. Dentro de la iniciativa, por ejemplo, se contempla la idea de crear estos aparatos con material ecológico, así como se plantea la posibilidad de poder barrer con la basura existente.

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