Uruguay registró el primer pez vivo atascado en un aro de plástico en un área protegida del país sudamericano. Se trata de un pejerrey que creció con una tapa de cinta de teflón alrededor de su cuerpo y fue encontrado por Pablo Limongi en una zona protegida de Rocha.
Todo comenzó años atrás, cuando Limongi cursaba la Licenciatura en Ciencias Biológicas y fue con un grupo de amigos al balneario Punta del Diablo, ubicado en el sureste uruguayo. Allí decidieron ir a surfear a una playa oculta, conocida como El Buzón —pero llamada playa de Santa María— y ubicada cerca del faro Punta Palmar, según declaró a La Diaria.
La zona está desierta, sin ninguna construcción a la vista en los kilómetros de agua, arena y árboles que se pueden distinguir desde el lugar. Sin embargo, la basura acumulada en el sitio asombra a quien logra llegar: desperdicios de barcos, cajones, troncos, latas. Limongi, ese día que concurrió, logró encontrar residuos de todo tipo, incluyendo propaganda de las elecciones de Buenos Aires y un envase de mostaza de un local gastronómico argentino.
Con esta experiencia fue que el joven uruguayo se interesó en estudiar el impacto de los plásticos en los sistemas marinos y, tiempo después, creó juntó a la bióloga Carolina Rodríguez el colectivo Aulamar, destinado a trabajar con niños en la educación ambiental. También estudió la presencia de fibras de plástico intestinal de peces de Punta del Diablo, entre otros proyectos como uno sobre el consumo de plástico de tiburones sarda y otros predadores.
Algo que parece interesarle a Limongi es la forma en la que estos residuos llegan a lugares “remotos”, o donde no hay industrias. “Podemos tener muchas especulaciones de dónde viene la basura y cómo llega a esos lugares, pero no tenemos certezas o estudios que logren identificarlo con precisión”, explicó a La Diaria. En el CURE (Centro Universitario de la Región Este) de Maldonado hay un grupo que estudia esta problemática y en el de Rocha se piensa desarrollar un proyecto similar.
Según detalló, el cálculo estimado indica que un 80% de los residuos que llegan al mar son de origen terrestre y el 20% de origen marino. Pero también hizo referencia a aquellos lugares en donde nadie tira basura, no hay un curso de agua cercano que traslade los residuos, pero igual presentan basura en el suelo. “Uno se encuentra botellas de origen asiático pero que claramente no llegan desde Asia por el agua”, agregó. Por ejemplo, en un estudio publicado por Carolina Rodríguez en 2020 se menciona el hallazgo de residuos provenientes de Singapur, Francia y Malasia en una playa de Punta del Diablo.
El pez y el aro de plástico
Limongi realizaba un monitoreo piloto junto a pescadores en La Coronilla —cerca de Punta del Diablo— cuando capturaron un pez que les llamó la atención: era un pejerrey vivo pero con un aro de plástico a su alrededor.
El material era de origen terrestre y contaba con cinco centímetros de diámetro, longitud menor al ancho del pez. Por eso es que esa zona del cuerpo se encontraba “muy lastimada”: “Aparentemente quedó atrapado en el aro cuando era más chico y creció con él”.
Según explicó Limongi, no hay antecedentes de registros con estas características y particularidades, aunque sí existe un reporte de un pez atrapado en una botella de plástico en el sur de Brasil.