Fue diseñado por un estudiante de la Universidad Nacional de Córdoba. Se trata de un modelo de boca de tormenta que es de uso sencillo e impide que los residuos arrastrados por las lluvias desemboquen en los espejos y cursos de agua. El trabajo fue diseñado en base a la situación del lago San Roque de Villa Carlos Paz, aunque podría replicarse en otras ciudades.
Marcos Tántera, un estudiante de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), ideó un práctico sistema de bocas de tormenta que recolecta los desechos arrastrados por la lluvia, sin obstaculizar el desagote del agua de las precipitaciones, en el marco de su tesis de grado en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño.
El novedoso dispositivo surgió a partir de un estudio de la situación que vive la ciudad serrana de Villa Carlos Paz, en el interior de la provincia de Córdoba, aunque el ingreso de basura a ríos y lagos a través de los desagües pluviales es un problema de relevancia en muchas ciudades argentinas, en las que genera perjuicios económicos y sanitarios.
El sistema de recolección –cuyo peso total no supera los 70 kilos– consiste en una boca de tormenta que en su interior posee un canasto basculante realizado en malla soldada. Este “colador” es capaz de atrapar desde una tapa de gaseosa hasta objetos de más de un metro de longitud. Para limpiarlo, el canasto se eleva en forma automática y puede ser manipulado fácilmente.
Desde la Universidad cordobesa destacaron que el sistema diseñado por el alumno de la UNC representa un avance importante, dado que solo un modelo de boca de tormenta de producción nacional retiene desechos.
Además, el nuevo producto tiene distintas ventajas respecto a los existentes en el mercado: retiene el 100% de los desperdicios, tiene una accesibilidad confortable para los operarios, se limpia fácilmente y en cuestión de minutos, evita inundaciones y, en caso de exceso de basura, no se tapa sino que rebalsa y deja pasar el excedente.