A lo largo de los años, se ha convertido en una de las organizaciones socioambientales más emblemáticas de la región. Liderada por jóvenes voluntarios que persuaden a la sociedad en la búsqueda de nuevas alternativas y cambios de paradigmas en pos de mitigar los efectos del cambio climático e inspirar a la sociedad a ser agentes de cambio.
Eco House lanzó un nuevo análisis que pretende informar para accionar
El Informe General sobre Colillas de Cigarrillos fue publicado el 12 de Julio del año en curso y cuenta con un largo período de investigación en el que diversas fuentes dan a conocer la composición de los cigarrillos, impacto socioambiental que producen, efectos del consumo, legislaciones a implementar y la industria del tabaco como responsable, por mencionar algunos puntos.
Así mismo, se plantean alternativas y herramientas de gestión a través de la campaña #OjoConLaColilla para concientizar sobre el ciclo de vida de las colillas de cigarrillo.
“Debemos educar sobre colillas, prevenir sus efectos negativos, realizar un tratamiento adecuado, disponerlas donde corresponde, recolectar todas las que podamos para que no sigan contaminando, invertir en investigación, innovación, emprendedurismo y formas de reciclado, y utilizar esta causa como un ejemplo sencillo y práctico de la transformación cultural que buscamos” remarca la investigación en las palabras iniciales.
En relación a esto, el estudio es preciso. Según anuncian, las colillas de cigarrillo son el residuo más abundante de la vía pública en el planeta y contaminan gravemente el ambiente y a nuestra sociedad, por lo que es hora de trabajar seriamente para solucionar este problema.
“¿Cómo es posible que exista un producto masivo, de venta libre, altamente contaminante para el agua, el suelo, el aire, la humanidad y la biodiversidad, cuyo residuo es arrojado consciente e inconscientemente en espacios públicos más de cuatro billones de veces, aproximadamente, por año?”
“A partir de una simple colilla de cigarrillo, podemos hablar del mundo y de la profunda crisis socioecológica en la que estamos. La industria tabacalera debe hacerse cargo; no solo vende enfermedades, sino también residuos tóxicos que pisamos a diario”, anunció Máximo Mazzocco, fundador de Eco House Global, asesor ambiental que fue seleccionado como Youth Leader de la ONU y articulador inicial del movimiento pangeísta.
En línea con lo expresado, cabe destacar que Mazzocco lucha por los derechos socioambientales desde los diecisiete años, esto lo ha llevado a ser uno de los jóvenes activistas más comprometidos con el medio ambiente.
Sus valores y convicciones prevalecen en tiempos donde abordar la crisis climática resulta imperioso por tratarse, a la vez, de una problemática de abordaje complejo y menospreciada por algunos sectores de la población quienes consideran que el cambio climático no existe.
Así mismo, Máximo cuenta con la especialización en educación, política, comunicación, restauración ecológica y voluntariado para la sostenibilidad.
Tomando como referencia detalles del informe: “al día de hoy, la industria tabacalera no tiene un rol específico en la gestión de este residuo, sino que, únicamente, desarrolla iniciativas de Responsabilidad Social Empresaria (RSE). Estas acciones han sido calificadas fundamentalmente como estrategias de marketing y greenwashing, ya que es contradictorio buscar una acción a favor del bien social dentro de una industria que atenta contra él”.
No obstante, la principal motivación de los colaboradores del presente estudio, radica en visibilizar de manera integral esta problemática ambiental que deviene de la acción humana por el consumo y desecho desmedido de colillas. En este sentido, el objetivo es proveer herramientas individuales y colectivas para reducir las consecuencias negativas de su incorrecta gestión, afirman los voluntarios.
Urge la necesidad de hacer hincapié en lo siguiente:
“Las colillas de cigarrillo son el residuo más abundante de la vía pública en el planeta: se estima que los fumadores desechan entre 4.5 billones y 5.6 billones de colillas al año en el mundo, lo que equivale a unas 18.000 millones de colillas por día aproximadamente” evidencia el informe.
