Desde hace tiempo, el compostaje se convirtió en una de las formas más populares de reciclar los residuos orgánicos, gracias a sus múltiples beneficios. En este sentido, varias investigaciones estiman que cada persona descarta por día cerca de un kilo de basura, del cual más de la mitad es origen orgánico y puede utilizarse como abono natural.
De hecho, el compostaje da como resultado el compost, un abono orgánico que se obtiene de la descomposición controlada de restos de comidas, frutas y vegetales, y restos del jardín, a través de una técnica sencilla. Sin embargo, esta práctica ecológica requiere de ciertos cuidados y controles, como la ventilación, humedad y temperatura para que los organismos como bacterias, lombrices y hongos se encarguen del resto.
En términos generales, el compostaje puede beneficiar de forma significativa a la ciudad reduciendo el desperdicio y las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen a que el cambio climático avance cada vez más rápido.
¿Cuáles son los beneficios del compostaje para la ciudad?
De acuerdo con los expertos, compostar puede traer los siguientes beneficios:
Reduce la generación de basura
Al reciclar los residuos orgánicos en el mismo lugar donde se producen, se disminuye la cantidad de basura que se genera.
Disminuye el impacto ambiental
El compostaje reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación que se produce al enterrar bolsas de plástico o quemar residuos orgánicos.
Mejora la salud del suelo
El compost es un fertilizante natural que mejora la estructura del suelo, su capacidad de retener agua y nutrientes, y reduce la erosión.
Disminuye la dependencia de fertilizantes químicos
El compost contiene macronutrientes y micronutrientes que las plantas necesitan para crecer.
Cierra el ciclo de la materia orgánica
Al convertir los residuos orgánicos en compost, se cierra el ciclo de la materia orgánica y se aprovecha su potencial para volver a la tierra.
¿Cómo compostar en casa?
Realizar un compost es realmente fácil si se completan los siguientes pasos:
- Llenar una cuarta parte de la maceta con tierra.
- Agregar restos de alimentos hasta la mitad.
- Colocar una capa de tierra encima.
- Taparla con cartón.
- Mezclar cada 3 o 4 días con una pala o cuchara para airear.
Dentro de los materiales que se pueden usar para convertir en abono se encuentran los restos de verduras, las bolsitas de té, y los restos de fruta, plantas y césped cortados.
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