Se realizaron las primeras pruebas en el mar, y el proyecto cambia el diseño de sus barreras flotantes y se prepara para su lanzamiento oficial en la isla de los residuos del Pacífico a finales de septiembre.
El proyecto de limpieza del océano comenzó la cuenta regresiva para poder lanzar sus primeras barreras marinas para la recogida de plástico.
Luego de las pruebas en el mar, el equipo que trabaja en el proyecto se vio obligado a volver a diseñar las barreras flotantes para hacerlas a prueba de viento y olas. El diseño en su origen consistía, en un sistema flotante dejado a la deriva a merced de la corriente. La estructura está compuesta de tubos de 1 a 2 km de longitud, un panel rígido colocado debajo de ellos para recoger los fragmentos de plástico bajo la superficie del agua y un anclaje a unos 600 metros de profundidad que ralentiza su desplazamiento.
La puesta en practica de la idea nunca es una línea recta. El nuevo diseño no pretende oponerse al viento y a las olas, sino explotarlas a su favor.
EL objetivo es desplegar 60 unidades, que deberían limpiar el 50% del gran continente de Basura del Pacífico en cinco años.
Los residuos plásticos recogidos serán transportados a un barco cada pocos meses y llevados a tierra para su reciclaje. Toda la electrónica del proyecto, como sensores, cámaras, luces, módulos de navegación y antenas de satélite, son alimentados por energía solar.