A partir de este 1 de enero, los supermercados franceses no venden frutas y verduras embaladas en plástico si pesan menos de 1,5 kg de acuerdo con un decreto de la ley contra los desperdicios que el país aprobó en 2021.
Termina así el embalaje con plásticos de tomates, cebollas, nabos, calabacines, pepinos, kiwis, limones y otros alimentos de pequeño tamaño, a menudo vendidos en packs preparados, sobre todo en las grandes superficies.
Hasta 2026, el país permitirá algunas excepciones, como en la venta de frutos rojos, ya que se estropean fácilmente cuando son vendidos al peso.
El decreto prevé sin embargo que los distribuidores puedan seguir usando envoltorios durante al menos seis meses más, hasta que agoten existencias.
Los profesionales de la distribución utilizarán alternativas como el cartón, para los tomates, y redes de celulosa o bolsas de papel, pero han lamentado que no haya habido más concertación entre las partes ya que aún no han encontrado un sustituto al plástico para la venta de rábanos, soja o canónigos, entre otras verduras.