Joven nigeriano de 17 años construyó un robot con restos de basura

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Isah Auwal-Barde, un adolescente nigeriano de 17 años, construyó un robot que se mueve con un control remoto de exoesqueleto. Para hacer el androide, cuyo nombre es iTech, utilizó restos de basura.

El robot, de 90 centímetros de altura, puede reproducir los movimientos que hace una persona, que se coloca el exoesqueleto para que se mueva.

Al chico le tomó dos años construir al androide. Ahora, el objetivo de Auwal-Barde es estudiar en el extranjero.

Quiero ser ingeniero en robótica para poder producir robots que puedan usarse y abordar los desafíos de seguridad que aquejan al país”, dijo Isah, citado por la Agencia de Noticias de Nigeria.

“Me tomó dos años inventar el robot usando materiales locales, como motores DC, cables de cobre, tuberías, cartón corrugado, así como metal, entre otros. El robot funciona con electricidad”, recalcó.

Auwal-Barde es graduado en 2021 de la Escuela Secundaria Gubernamental Sabuwar-Kofa, en Kano, su estado natal. Obtuvo siete créditos en materias de ciencia en el Consejo de Exámenes de África Occidental.

El Centro Nacional para la Inteligencia Artificial y la Robótica de Nigeria pudo constatar la funcionalidad del robot, destacando la destreza del joven en ingeniería robótica. La delegación prometió asegurarle la admisión a una de las universidades locales para estudiar la materia.

Todo comenzó con una broma: terminó construyendo un robot

El Daily Trust también habló con el chico, que explicó cómo adquirió la habilidad para la invención.

“No puedo decir la hora exacta en que comencé a inventar o fabricar cosas. Simplemente crecí con eso”, dijo Isah. “He construido mini autos y mini vehículos de construcción, y luego pasé a los robots, porque me gustan. A menudo los veo en las películas, así que decidí crear el mío, y lo hice”.

Todo comenzó como una broma, pero paso a paso logró su objetivo.

“Realmente no creía que pudiera hacerlo, pero luego lo hice”.

El robot responde al movimiento del brazo de Isah, pero espera poder extenderlo pronto a otras partes, incluyendo el movimiento de la cabeza y los pies.

“Básicamente, todo lo obtuve de personas, vecinos, y en lugares como Jakara, un mercado cercano donde se venden desechos. Compré los motores y otras cosas de secadores de pelo que ya no funcionan”.

Tengo el sueño de hacer un robot basado en inteligencia artificial, los que llaman humanoides, para que puedan controlarse a sí mismos y ayudar a las personas también”.

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