Los océanos, que han sido centrales para la evolución y supervivencia de millones de especies, se están transformando en una amenaza mundial generada, sobre todo, por la injerencia del ser humano. Si no se reduce la contaminación de CO2 que daña al entorno marino, reveló la ONU en el borrador de un informe que será discutido en Mónaco durante las próximas semanas, los océanos no solo representarán un enorme peligro para las pequeñas islas-naciones y para las comunidades costeras, sino que también tendrán un impacto significativo en las mayores economías mundiales.
Los océanos absorben la cuarta parte de las emisiones de CO2, así como más del 90% del calor adicional que han generado las emisiones de gases de efecto invernadero desde 1970. Sin esta esponja marina, el calor en la Tierra sería insoportable para las especies.
Pero el exceso de CO2 provocado por el hombre, advirtió el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) en el informe especial sobre océanos y zonas heladas (criósfera), tiene un costo: la acidificación, que está alterando la cadena de alimentación de los océanos, y las olas de calor marinas, que están creando vastas zonas muertas.