Ocho estrategias efectivas para solucionar la crisis de los residuos

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La humanidad enfrenta una dura crisis: genera entre 2.100 millones y 2.300 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos al año. Gran parte de esos desechos, desde desperdicios alimentarios y plásticos hasta productos electrónicos y textiles, emiten gases de efecto invernadero o sustancias químicas tóxicas.

Esto daña los ecosistemas, infunde enfermedades y amenaza la prosperidad económica, perjudicando de manera desproporcionada a mujeres y jóvenes.

António Guterres, Secretario General de la ONU, declaró: “El consumo excesivo nos está matando. La humanidad necesita una intervención. Comprometámonos a poner fin al ciclo destructivo de los desechos, de una vez por todas.”

Ocho maneras para solucionar la crisis de los residuos

1. Luchar contra el desperdicio de alimentos

Alrededor del 19% de los alimentos a disposición de los consumidores se desperdicia anualmente, a pesar de que 783 millones de personas pasan hambre. Entre el 8% y el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta proceden de la producción de alimentos que acaban desperdiciándose.

Para revertir esta tendencia, las autoridades municipales pueden promover la agricultura urbana y utilizar los residuos alimentarios en la cría de animales, la agricultura y el mantenimiento de zonas verdes. También pueden financiar programas de compostaje de residuos alimentarios, separarlos desde su origen y prohibir que caigan en los vertederos.

Los consumidores pueden comprar solo lo que necesitan, aceptar frutas y verduras menos apetecibles pero comestibles, almacenar los alimentos de forma más inteligente, aprovechar las sobras, compostar los restos de comida y donar alimentos antes de que se estropeen.

2. Tratar los desechos textiles

Menos del 1% del material utilizado para producir ropa se recicla en nuevos artículos, lo que supone una pérdida anual de valor material de más de 100.000 millones de dólares. Además, la industria textil consume cada año el equivalente a 86 millones de piscinas olímpicas de agua.

Para contrarrestarlo, la industria de la moda necesita volverse más circular. Las marcas y los minoristas pueden ofrecer modelos de negocio más circulares y productos que duren más y puedan rehacerse. Los gobiernos pueden proporcionar infraestructuras para recoger y clasificar los textiles usados, y los consumidores pueden evaluar si sus compras de ropa son necesarias.

3. Evitar la basura electrónica

Los aparatos eléctricos y electrónicos están atestando los vertederos de todo el mundo. Mediante una política sólida, los gobiernos pueden animar a los consumidores a conservar sus productos durante más tiempo y presionar a los fabricantes para que ofrezcan servicios de reparación, un cambio que aportaría una serie de beneficios económicos.

basura electrónica
basura electrónica

4. Reducir el uso de recursos en los productos

El uso de materias primas se ha triplicado durante los últimos 50 años. Los productores pueden cumplir con normas de ecodiseño para reducir el consumo de energía y recursos y minimizar los productos químicos peligrosos en la producción, garantizando que los productos sean duraderos, reparables y reciclables.

5. Mano dura contra la contaminación por plásticos

Los plásticos se utilizan habitualmente en electrónica, textiles y productos de un solo uso. Alrededor del 85% de las botellas, envases y embalajes de plástico de un solo uso acaban en los vertederos o son gestionados de forma inapropiada. Un sistema mundial de vigilancia y notificación puede ayudar a acabar con la contaminación por plásticos.

6. Enfrentarse a los desechos peligrosos

Las sustancias químicas presentes en la vida cotidiana, como el mercurio en aparatos electrónicos, el plomo en cosméticos y los contaminantes orgánicos persistentes en productos de limpieza, requieren un tratamiento y eliminación especializados.

Para enfrentar esta crisis, los gobiernos pueden comprometerse con acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente para garantizar la eliminación segura de estos residuos.

7. Repensar el diseño y la gestión de las ciudades

Para 2050, se prevé que el 68% de la población mundial vivirá en ciudades. Invertir en edificios energéticamente eficientes puede reducir los residuos de construcción y demolición, que generan importantes cantidades de residuos y emisiones de gases de efecto invernadero.

8. Fortalecer la gestión de desechos mediante inversión y capacitación

A nivel mundial, alrededor del 25% de los residuos no se recoge y el 39% no se gestiona en instalaciones controladas. La gestión mundial de desechos supone un costo neto anual de 361.000 millones de dólares.

Reducir la generación de residuos y aumentar el reciclaje puede generar una ganancia neta anual de 108.100 millones de dólares de aquí a 2050.

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