La llegada del calor parece invitarnos a salir, a movernos y a reconectar con la naturaleza. Esto no es casual. Lo cierto es que el clima y el bienestar están profundamente entrelazados.
A medida que la temperatura del ambiente se vuelve más cálida, se incrementa la liberación de serotonina en nuestro cerebro. Este neurotransmisor tiene la particularidad de hacernos sentir más felices y relajados.
Esto hace que el clima de verano nos lleven a experimentar sensaciones de bienestar general que expresamos en nuestras relaciones, consolidando afectos y mejorando los vínculos.
El calor intensifica los colores de la naturaleza, especialmente el verde, que contribuye a la producción de serotonina y al bienestar a largo plazo.
El incremento de escenarios verdes en nuestro entorno nos conduce a experimentar tranquilidad y equilibrio emocional, sensaciones que se asocian a sentimientos de felicidad y bienestar.
El agua y su efecto revitalizador
Otro factor clave es el agua. Ya sea en una playa, en un río o en una pileta, si podemos estar cerca del agua lograremos un efecto calmante y revitalizador en la mente.
Diversos estudios demuestran que el sonido del agua en movimiento puede disminuir la actividad de la amígdala, la región del cerebro relacionada con el estrés y con las emociones negativas.
Estos momentos de conexión con la naturaleza y con el clima agradable nos ayudan a recuperar la creatividad y la motivación esenciales para afrontar las obligaciones del año.
El cerebro y la mente funcionan mejor cuando estamos relajados, y si eliminamos el estrés del día a día, podremos generar ideas más originales y resolver problemas con mayor facilidad.
Beneficios del descanso en el verano
A pesar de que muchos piensen que duermen peor si hace calor, el descanso es mucho más reparador durante los períodos de buen clima.
La exposición a la luz solar ayuda a regular nuestro reloj biológico y mejora la calidad del sueño. Luego de una temporada con buen descanso, nos sentiremos más enfocados y productivos.
Por eso, es importante quejarnos menos del calor y tratar de organizar paseos cerca del agua. No se trata de un simple placer momentáneo, sino de una forma de darle al cerebro, a la mente y al cuerpo el respiro que necesitan para seguir adelante con alegría y optimismo.
Cuando el clima es amable, nuestro ánimo mejora y nos lleva a expresar la mejor versión de nosotros mismos.
Por Gabriela Gonzalez Alemán Dra. en Genética del Comportamiento, Directora del departamento de psicología de la UCA y fundadora de Brainpoints (MN 33343) Instagram: @brainpoints
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