Científicos estadounidenses han desarrollado un proceso revolucionario para reciclar neumáticos usados, convirtiéndolos en material industrial de alto valor en solo seis horas.
Este método, liderado por el Dr. Aleksandr Zhukhovitskiy de la Universidad de Carolina del Norte y financiado por el Departamento de Energía de EE. UU., representa un avance significativo frente a las técnicas tradicionales, que son menos sostenibles y más contaminantes.
La crisis de los neumáticos desechados
En 2021, solo en Estados Unidos, se desecharon 274 millones de neumáticos, de los cuales el 20 % terminó en rellenos sanitarios.
Los neumáticos no solo ocupan grandes espacios en vertederos, sino que también representan riesgos:
- Liberación de químicos peligrosos.
- Potencial de incendios que emiten gases tóxicos.
Reciclan neumáticos usados con un innovador proceso
La técnica utilizada aprovecha la aminación de enlaces C–H y la reorganización del polímero, permitiendo romper las cadenas del caucho de manera eficiente.
El proceso utiliza un reactivo de azufre-diimida para crear materiales funcionalizados reutilizables, como resinas epóxicas.
Opera a temperaturas bajas, entre 35 y 50 °C, y no requiere catalizadores costosos. Esto reduce significativamente el consumo de energía y el impacto ambiental en comparación con métodos tradicionales como la pirólisis, que genera subproductos tóxicos como benceno.
Impacto y aplicaciones
El caucho reciclado puede transformarse en resinas epóxicas, utilizadas en adhesivos, recubrimientos y materiales compuestos:
- Reducción de emisiones: este proceso emite menos gases de efecto invernadero al reemplazar insumos fósiles como el bisfenol A con materiales postconsumo.
- Resultados destacados: durante pruebas, el peso molecular del caucho reciclado se redujo de 58.100 g/mol a 400 g/mol. El producto final es apto para aplicaciones industriales, con propiedades comparables a las resinas comerciales.
Potencial para una economía circular
Este avance no solo aborda el problema de los residuos de neumáticos, sino que también fomenta la sostenibilidad ambiental. Menos residuos terminan en vertederos y hay menos dependencia de derivados del petróleo.
Aunque el proceso aún enfrenta desafíos, como la optimización del uso de disolventes para mejorar su sostenibilidad general, tiene un enorme potencial para ser escalado industrialmente.
Si se implementa de manera amplia, podría convertirse en una pieza clave para resolver la crisis de los neumáticos desechados y avanzar hacia un futuro más verde.
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