Un cambio radical en el procesamiento podría reducir drásticamente los desechos minerales, el flujo de desechos más grande del mundo, al tiempo que crea un entorno para una fuente sostenible de arena.
Después del agua, la arena es el recurso natural más explotado del planeta. Sin embargo, su extracción de mares, ríos, playas y canteras tiene un impacto en el medio ambiente y las comunidades aledañas.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Ginebra (UNIGE) y el Instituto de Minerales Sostenibles (SMI) de la Universidad de Queensland descubrió que un nuevo material, acuñado como “arena mineral”, tiene el potencial de abordar dos desafíos de sostenibilidad global simultáneamente: los desechos mineros y la demanda de arena.
El profesor adjunto en el Departamento de ciencias ambientales y acuáticas de la Facultad de Ciencias de UNIGE, Pascal Peduzzi, dijo en un comunicado que “el mineral-arena tiene el mayor potencial en volumen para reducir la cantidad de arena tomada en el medio natural. Al utilizar lo que hasta ahora se ha considerado como material “sobrante”, el proyecto da un impulso importante hacia una economía más circular”.
La producción de mineral-arena puede ayudar a reducir la producción de desechos mineros minerales y, por lo tanto, la acumulación adicional de relaves mineros. Los desechos minerales de la extracción de minerales representan actualmente el flujo de desechos más grande del planeta, estimado entre 30 y 60 mil millones de toneladas por año. Estos residuos provienen de operaciones de trituración para extraer ciertos metales de la roca.
El estudio de 12 meses muestreó e investigó de forma independiente la arena producida a partir de la extracción de mineral de hierro, iniciada por Vale S.A en Brasil, que anteriormente experimentó fallas en balsas de desechos mineros. Después de un análisis de las propiedades químicas y algunas operaciones de refinación, los investigadores pudieron demostrar que parte del flujo de material que de otro modo terminaría como residuos mineros podría usarse como sustituto de la arena industrial y de construcción, de la misma manera que la escoria reciclada de hormigón y acero. “Si estos resultados se pueden replicar con otros tipos de minerales, existe la posibilidad de lograr reducciones importantes en los relaves mineros globales”.
“Al mapear ubicaciones mineras en todo el mundo y modelar el consumo global de arena, descubrimos que casi un tercio de los sitios mineros pueden encontrar al menos algo de demanda de mineral-arena dentro de un rango de 50 km. Esto podría contribuir a una reducción de al menos un 10 % en el volumen de generación de relaves en cada sitio. Simultáneamente, casi la mitad del mercado mundial de arena (por volumen) podría encontrar una fuente local de mineral-arena. Por ejemplo, la arena mineral podría sustituir potencialmente mil millones de toneladas métricas de demanda de arena en China”, explica Daniel Franks, del Instituto de Minerales Sostenibles (SMI) y couator del estudio.