Un spray biodegradable podría eliminar los envases de plástico

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Que tenemos un problema con el plástico es más que palpable. Los envases de plástico que utilizamos para alimentos tienen, además, dos inconvenientes graves: cada año, conducen a la acumulación de millones de toneladas de desechos plásticos en nuestro entorno y, en segundo lugar, los alimentos envasados en envoltorios y recipientes de plástico a base de petróleo son más susceptibles a la contaminación microbiana.

Iniciativas interesantes

Afortunadamente, están surgiendo iniciativas ecológicas para mantener frescos los alimentos sin necesidad de que sufran daños durante el transporte, por ejemplo. Un equipo de científicos de las Universidades de Rutgers y Harvard ha desarrollado una solución de envasado de alimentos biodegradable y antimicrobiano que podría poner fin a la necesidad de este tipo de envases de alimentos hechos de plástico que tan poco bien hacen a nuestro planeta.

“Sabíamos que necesitábamos deshacernos de los envases de alimentos a base de petróleo que existen y reemplazarlos por algo más sostenible, biodegradable y no tóxico”, comenta Philip Demokritou, director del Centro de Investigación de Nanociencia y Materiales Avanzados y coautor de la investigación que publica la revista Nature Food. “Nos preguntamos al mismo tiempo: ‘¿Podemos diseñar envases para alimentos con una funcionalidad para prolongar la vida útil y reducir el desperdicio de alimentos, al tiempo que mejoramos la seguridad alimentaria?’ Y lo que hemos encontrado es una tecnología escalable, que nos permite convertir biopolímeros, que pueden derivarse como parte de una economía circular del desperdicio de alimentos, en fibras inteligentes que pueden envolver los alimentos directamente”. La nueva técnica de los investigadores puede producir fibras a una velocidad de producción mucho mayor que las fibras actuales (0,01 gramos por minuto); pueden superar más de 0,2 gramos/minuto.

¿Cómo funciona la tecnología?

La tecnología de envasado utiliza fibras a base de polisacáridos/biopolímeros. Se usa un proceso llamado hilado por chorro rotatorio enfocado para producir el biopolímero (utilizando pululano, un carbohidrato natural, polisacárido, obtenido del hongo Aureobasidium pullulans y agua como solvente).

El procesamiento, a través del sistema de hilado por chorro rotatorio enfocado (FRJS), convirtió la mezcla en fibras de pululano antimicrobianas (APF). Los expertos explican que el material fibroso puede hilarse desde un dispositivo de calentamiento parecido a un secador de pelo y ‘envolverse en plástico’ sobre alimentos de varias formas y tamaños, como un calabacín, un aguacate o un filete de pollo de campo. Las nuevas fibras que encapsulan los alimentos se combinan con ingredientes antimicrobianos naturales: aceite de tomillo, ácido cítrico y nisina. Los investigadores dijeron que pueden programar estos materiales inteligentes para que actúen como sensores, activando y destruyendo las cepas bacterianas para garantizar que los alimentos permanezcan intactos.

Son envases inteligentes

Según apuntan los expertos, la envoltura resultante es lo suficientemente resistente como para evitar magulladuras y contiene agentes antimicrobianos para combatir el deterioro y la aparición de microorganismos patógenos como E. coli y listeria.

¿Y cuándo queramos consumir el alimento?

Una vez que queramos dar buena cuenta de la comida envuelta en este envase ‘verde’, solo hay que enjuagar con agua el recubrimiento y desaparecerá. Si lo dejamos en el suelo, simplemente se degradará en el plazo de unos tres días.

“No estoy en contra de los plásticos. Estoy en contra de los plásticos a base de petróleo que seguimos tirando porque solo una pequeña parte de ellos se puede reciclar. Durante los últimos 50 a 60 años, durante la Era del Plástico, hemos colocado 6 mil millones de toneladas métricas de plástico desechos en nuestro medio ambiente. Están ahí fuera degradándose lentamente. Y estos pequeños fragmentos se convierten en el agua que bebemos, los alimentos que comemos y el aire que respiramos”, sentencia Demokritou. Mientras que los paquetes de plástico a menudo liberan sustancias químicas nocivas en nuestros alimentos y tardan más de 400 años en biodegradarse, este recubrimiento es un biopolímero biodegradable y no tóxico de origen natural que no afecta la calidad del alimento que cubre.

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