En ocho penales de la provincia de Buenos Aires 205 privados de libertad desguazan material tecnológico en desuso en una singular experiencia de formación laboral y cuidado del medio ambiente.
En este marco, el pasado viernes 5 de junio, en el Día del Medio Ambiente, autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) anunciaron que próximamente se inaugurarán dos plantas más en contexto de encierro: en la Unidad 6 Dolores y 4 Bahía Blanca.
Bajo el programa de Disposición y Reutilización de Tecnologías en Desuso que lleva adelante la Subdirección de Trabajo Penitenciario de la Dirección General de Asistencia y Tratamiento del SPB, en la actualidad funcionan plantas de reciclado en la Unidad 1 y 26 Lisandro Olmos, 2 y 38 Sierra Chica, 3 San Nicolás, 15 Batán, 24 Florencio Varela y 57 Campana.
La experiencia ya tiene una trayectoria de más de diez años debido a que arrancó en el año 2009, y gracias a eso han sido beneficiados 70 municipios bonaerenses, 11 entidades del Estado y 16 empresas mixtas y / o privadas.
Los privados de libertad que trabajan en estas plantas para desarmar aparatos tecnológicos son capacitados por extensiones de la Universidad nacional de La Plata y el colegio Industrial Albert Thomas de La Plata y el Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible (OPDS), bajo la supervisión del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.
Como consecuencia de este emprendimiento se recolectan material tecnológico en desuso: computadoras, televisores, teléfonos fax, celulares y fotocopiadoras, entre otros, y luego se separan, clasifican y comercializan como insumos sus componentes.
Tras el proceso de desguace se obtiene chatarra, aluminio, cobre, plástico, placas o circuitos electrónicos y cables, que luego se comercializan.
Los internos cumplen sus tareas con todas las medidas de seguridad laboral (guantes, cascos, delantales, anteojos de protección ocular y auditivos).
En estos casi diez años de historial en el ámbito carcelario se han procesado 240 toneladas de material tecnológico.
Además, en estos talleres se han podido restaurar y donar computadoras a entidades de bien público como escuelas, hospitales y comedores comunitarios.
Desde la cartera de Justicia y Derechos Humanos destacaron que con este emprendimiento de cuidado ambiental se transfiere enseñanza, capacitación y trabajo a los privados de libertad.
De todas maneras, las actividades de reciclado son más amplias en el SPB. Según se informó en diversos penales convierten pallets en mobiliario escolar o juegos didácticos, hilos de raquetas de tenis en rosarios, botellas de plástico en escobillones, neumáticos en macetas y papel en canastas, entre otras experiencias.