Una investigación de la Universidad de Chile señala que “parte de ellas constituyen una fuente potencial de genes ancestrales que confieren resistencia a antibióticos”.
La costa este de la Antártida perdió la mayor parte de las plataformas de hielo de Glenzer y Conger. En el proceso, ganó lo que probablemente sea una isla.
Es el único que permite medir este tipo de “hielo caliente”, como se denomina a las masas que tienen bastante presencia de agua líquida en su interior.