Chaco: invitan a visitar el Impenetrable junto a sus primeros habitantes

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Conocer los secretos de un refugio natural inexplorado, como es la vasta región del tupido monte del famoso Impenetrable chaqueño, se pone al alcance de la mano por una oferta turística comunitaria de sus primeros habitantes, el pueblo wichí, en la localidad Misión Nueva Pompeya.

Allí, esta comunidad originaria mantiene sus costumbres, expresadas en su idioma ancestral y en su principal actividad económica: las artesanías en fibra vegetal.
 
Las caminatas guiadas pueden ser un buen recurso para descubrir las huellas de la época misionera franciscana en ese pueblo distante 300 kilómetros de Resistencia, al que se accede por la Ruta Provincial 16, hasta la localidad de Castelli.
 
Desde allí se debe serguir unos 30 kilómetros por la misma ruta pavimentada hasta Miraflores y, por último, tomar la Ruta Provincial 9 y luego de 120 kilómetros por camino de tierra, se llega a Misión Nueva Pompeya.
 
Los servicios de bus hasta esta comunidad, ubicada a metros del pueblo homónimo, son escasos, por lo que a veces hay que combinar desde Resistencia hasta pueblos cercanos y en ellos contratar autos en alquiler.
 
Los wichís viven de manera tradicional, de la caza, pesca y recolección de alimentos que provee el impenetrable monte chaqueño, por lo que mantienen su cultura hermanada con la naturaleza y su ancestral y milenaria cosmovisión.
 
El monte, los árboles, los animales, las aves, los senderos, el río, las lagunas, el canto, la lengua wichí, el trabajo artesanal en madera y fibras vegetales, el silencio, el hablar pausado y el caminar tranquilo, son algunos compañeros que el viajero puede encontrar de la mano de la comunidad.
 
El visitante puede realizar jornadas de intercambio cultural, que incluyen enseñanza del idioma ancestral y aprendizaje en la elaboración de artesanías en chaguar (tejidos en fibra vegetal) y madera nativa (tallados zoomorfos y utilitarios).
 
También puede aprender de estos habitantes los usos tradicionales de plantas nativas y las antiguas prácticas de la pesca artesanal.
 
Las caminatas pueden llevar al turista a conocer la escuela intercultural del paraje Pozo El Sapo y conocer algunos músicos de la comunidad que tocan instrumentos tradicionales, como la trompa, que suena usando la resonancia en la boca, y la cola de caballo, semejante al violín.
 
La elaboración de artesanías es el centro de la oferta turística de la comunidad, y entre ellas se pueden admirar o adquirir tejidos en hilo vegetal con chaguar, carteras o yicas hechas de fibras naturales y cortinas de hilo combinado con semillas del monte.
 
Además ofrecen tallados y figuras en madera, en tanto el tejido vegetal tambien lo utilizan para collares y otros adornos corporales y caminos de mesa.
 
Otra actividad para el visitante son los recorridos por el pueblo para visitar edificios históricos de la época misionera franciscana y, un poco más lejos, conocer la escuela intercultural de una población local.
 
Los wichís ofrecen caminatas por senderos de naturaleza que cruzan comunidades originarias y parajes habitados por población criolla.
 
En esos recorridos se visita a artesanos y abuelos de la comunidad, se puede practicar artesanal en el río Bermejito y hacer observación de flora y fauna nativa en bosques y lagunas.

Alejandro San Martín
Télam

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