La isla de Malpelo, ubicada a más de 500 kilómetros del litoral pacífico de Colombia, posee un ecosistema único en alta mar que ha encontrado su réplica en una pecera gigante de la costa atlántica francesa.
A simple vista, ese islote rocoso no ofrece mucho atractivo en los 300 metros que sobresale sobre el nivel del mar, pero es una vez dentro del agua, en sus 4 mil metros de profundidad, cuando deslumbra toda su riqueza.
La idea de esa diversidad escondida es la que se ha querido llevar a la superficie en el acuario de Nausicaá, el Centro nacional del Mar en la localidad de Boulogne-sur-Mer, en el norte de Francia.
Su nueva exposición permanente, la única en el mundo de alta mar, ha requerido la construcción de un espectacular tanque de 10.000 metros cúbicos, donde se hallan algunas de las mismas especies que habitan ese remoto enclave como tiburones, mantas y arenques.