El Parque Nacional Los Arrayanes es uno de los destinos más visitados de Neuquén, pero lo que pocos saben es que este lugar es el parque nacional más pequeño del país. Sin embargo, esto no significa que menos importante o interesante que los demás, ya que allí se encuentra uno de los bosques más llamativos del continente.
Este parque cuenta con tan solo 1.796 hectáreas dentro de la península de Quetrihué, tierras que en algún momento pertenecieron al parque nacional del Sur, el cual se convirtió en el primero de este tipo en toda América Latina luego de su inauguración, el 8 de abril de 1922. Este lugar logró sobrevivir hasta el 9 de octubre de 1934, fecha en la que se creó el parque nacional Nahuel Huapi que, finalmente, lo reemplazó.
Años más tarde, más precisamente el 11 de octubre de 1971, el parque Nahuel Huapi perdió un sector de sus tierras, el cual pasó a conservarse bajo el nombre de Los Arrayanes. Sin embargo, su reconocimiento llegó recién en 2007, cuando se lo declaró “reserva de biosfera andino norpatagónica”.
Esta reserva alberga plantas como coihues, ñires, cipreses, radales, huahuanes y pataguas. Además, se pueden observar animales autóctonos como el cormorán imperial, chucao, huillín, zorro colorado, gato huiña y pudú, entre otros, que convertirán la visita en una experiencia única.
El parque cambia de aspecto según la época del año
Quienes hayan visitado este parque en verano, claramente deberán volver en invierno para conocer un lugar completamente distinto. Durante estos meses, la nieve cubre todas las superficies, dejando un manto blanco que modifica el paisaje por completo.
En cambio, aquellos que conocieron el parque durante los meses invernales, también tendrán que volver a visitarlo durante el verano para así disfrutar de los senderos rodeados de frondosos árboles y un paisaje donde reinan los colores vibrantes y la luz del sol.
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