Las inundaciones de los campos en la región bonaerense y el gran caudal de agua que hay en las lagunas de Junín y que pasa por el Río Salado, en los últimos días volvieron a aparecer con mayor presencia las mosquitas barigüí con sus picaduras que no sólo dejan marcas, sino que provocan prurito y hasta infecciones.
La gran cantidad de agua y temperaturas más elevadas son condiciones propicias para que el voraz insecto se reproduzca y comience a hacer de las suyas con la gente.
En ese contexto, desde el municipio de Junin afirman que se están realizando tareas de fumigación semanales en las zonas donde el barigüí se cría.
La zona de quintas, la vera del Río Salado, el Parque de la Salud, el Club de Planeadores y la Ruta Nacional 7 hasta el autódromo son las principales zonas, donde se realiza la fumigación una vez a la semana.