En la noche de Navidad, un ejemplar de 3,7 metros de largo sorprendió al público nadando cerca de la superficie en la Bahía de Toyama (unos 300 km al oeste de Tokio), en Japón.
Estos cefalópodos pueden llegar a medir hasta 13 metros de largo.
El animal pasó varias horas nadando en el puerto donde fue grabado por buzos locales y así como apareció, se fue.
A pesar de que se lo vio energético (lanzando tinta e intentando abrazar con sus tentáculos y brazos a los buzos) expertos señalaron que su estado de salud no era bueno.