La tortuga fue encontrada por una moto de agua enredada en redes de pesca, plástico y una caja de poliestireno en la playa de Garrucha, en Almería.
Avisados los equipos de emergencia y activados los componentes de la red de varamiento de Equinac por el 112, los agentes de la Guardia Civil se trasladaron al punto de llegada de la tortuga.
Con ‘gran esfuerzo’ dado el gran tamaño y peso de la tortuga, se consiguió practicarle los primeros auxilios en el lugar y el traslado posterior del ejemplar al centro de recuperación de Equinac.
Según ha alertado la organización Equinac, el galápago, que ingresó en las instalaciones con una aleta afectada, ha defecado trozos de plástico y de cuerda, con lo que han llamado la atención sobre la contaminación marina y la afectación a las diferentes especies.
La tortuga boba es una de las especies que se encuentra más amenazada por la existencia de plásticos y redes abandonadas. Esta especie es de las más grandes en tamaño de las tortugas marinas, llegando en algunas ocasiones a medir hasta 1,2 metros de largo.