Representantes de 200 países decidieron decretar la prohibición total del comercio internacional del mamífero más traficado del planeta, el pangolín, un animal parecido a una alcachofa con patas o a un oso hormiguero con escamas.
La organización Traffic calcula que más de un millón de ejemplares han sido capturados en la naturaleza en la última década para satisfacer la demanda en China y Vietnam, donde su carne es considerada un símbolo de estatus y sus escamas se tienen erróneamente por curativas en la medicina tradicional.
Las autoridades, reunidas en Johannesburgo, Sudáfrica, en la cumbre de la Convención sobre el Comercio Internacional de especies amenazadas, CITES por sus siglas en inglés, también han declarado la prohibición del comercio con el mono de Berbería, más conocido en España como macaco de Gibraltar.
‘Esto es una gran victoria y una noticia excepcional para uno de los animales más traficados y amenazados del planeta’, celebró en un comunicado la ecóloga Ginette Hemley, portavoz de la organización conservacionista WWF en la cumbre.
Existen ocho especies de pangolines, cuatro en África y cuatro en Asia. Estas últimas han sido esquilmadas y las redes de traficantes se están concentrando cada vez más en las africanas.
El pasado mes de junio, el servicio de aduanas de Hong Kong anunció la incautación de cuatro toneladas de escamas de pangolín, arrancadas de miles de animales muertos, en un barco procedente de Camerún. En tanto que en Tailandia, los pangolines se venden por unos 60 euros el kilogramo. La venta de un animal adulto, de 12 kilogramos, equivale a un año de salario de un aldeano local, según alertó la Sociedad Zoológica de Londres.