Especies de erizos y pez loro pequeñas recuperan hoy el equilibrio ecológico en costas caribeñas donde desaparecieron los corales, según investigación realizada en aguas poco profundas de Bocas del Toro, en el Atlántico panameño.
El erizo Echinometra viridis, del tamaño de una pelota de tenis de mesa, y el pez loro rayado Scarus iseri, que no es de interés para los pescadores, pueden evitar el reemplazo del coral por algas en los arrecifes degradados porque son herbívoros, concluyeron biólogos marinos.
Una misteriosa enfermedad hace 30 años exterminó a los erizos negros de espinas largas en esta parte del Caribe, y ello provocó el crecimiento excesivo de algas que perjudican a los deteriorados arrecifes de coral, señaló el informe de los expertos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.
Los biólogos marinos Andrew Altieri y Catie Kuempel afirmaron su sorpresa de que en la zona explorada los corales muertos no fueron sustituidos por la presencia excesiva de algas, mientras las mencionadas especies de reducido tamaño comprenden el 95 por ciento de la biomasa herbívora de la zona.
Otros expertos de STRI advirtieron antes de la lenta recuperación del erizo negro, cuya población se estima en 12 por ciento de la existente antes de 1984, con consecuencias fatales para los arrecifes de coral.
Estos especialistas pronostican que la frecuencia de las enfermedades de los corales probablemente aumentará con el calentamiento global y la ‘sobrepesca’, por lo que depositan su esperanza en la recuperación del Diadema antillarum (erizos negros).
No obstante, los herbívoros diminutos ‘vinieron al rescate de los arrecifes en Panamá y también pueden ser importantes en otros lugares’, en opinión de Altieri.