Putin, que presidirá el jueves el Foro Ártico al que asistirán los presidentes de Finlandia e Islandia, se desplazó a este archipiélago, formado por casi 200 islas que suman más de 16.000 kilómetros cuadrados, con temperaturas de 20 a 30 grados bajo cero.
En la zona conversó con los científicos que trabajan allí y con los empleados del parque natural “Ártico ruso”, inaugurado hace ocho años en Nueva Zembla y considerado por Greenpeace como el mayor vertedero nuclear del planeta.
Según medios locales, estos informarán al jefe del Kremlin sobre la limpieza de las seis islas más afectadas por la contaminación y la acumulación de residuos nucleares, equipos, aceites, combustibles y basura.
Putin ordenó una “limpieza general” cuando visitó en 2010 la Tierra de Francisco José y admitió que el nivel de contaminación, en muchos casos radiactiva, superaba en seis veces lo permitido.
Aunque muchos expertos consideran que las bases militares son los principales causantes de la contaminación ártica, Rusia tiene planes de emplazar una escuadrilla de aviones de guerra en la isla de Tierra de Alexandra.
Putin aseguró que, según los expertos, la plataforma continental ártica acoge casi una cuarta parte de los recursos energéticos del planeta, mientras el Ártico ruso alberga 1,6 billones de toneladas de hidrocarburos.
Conocido amante de la naturaleza, Putin aprovecha cualquier ocasión para hacer escapadas a lejanos lugares de la geografía rusa y participar en programas de conservación de animales, desde tigres hasta leopardos o cigüeñas, o, como hizo a principios de mes, pernoctar en la taiga siberiana.