No aparece nunca en las primeras posiciones del ránking de preocupaciones de la población pero está en todas las agendas políticas. El medio ambiente es un ámbito crucial en la política de cualquier país y la posición respecto a es suele marcar una línea muy clara de actuación de un gobierno comprometido con el futuro o no. En Francia, sin embargo, parece haber quedado fuera del debate público de cara a las elecciones del próximo domingo.
Tras dos horas y media de debate televisado, ni la candidata de extrema derecha del Frente Nacional, Marine Le Pen; ni Emmanuel Macron, candidato de En Marche!, hablaron ni una sola palabra sobre nada relacionado con el medio ambiente. Ni ecología, ni la crisis de recursos (agua, aire, condiciones del suelo), ni del cambio climático, ni sobre biodiversidad, ni sobre la transición energética. Nada.
Macron lo reconoció tras el debate en Twitter: ‘No hemos hablado de algunos temas: la ecología es parte de ellos. Y tenemos grandes diferencias’, reconocía el día posterior al debate, adjuntando también las medidas de su partido al respecto.
Tras la primera vuelta, ambos candidatos tratan de arañar votos a toda costa. El campo medioambiental, sin embargo, parecen dejarlo vacío. Entre los franceses, el problema del cambio climático es cada vez más importante, pero los candidatos siguen sin implicarse en el debate.