Una región helada de unos 700 mil kilómetros cuadrados se derritió en la Antártida, como consecuencia de los efectos de El Niño.
Un estudio determinó que el fenómeno climático fue tan drástico durante los años 2015 y 2016 que incluso ocasionó lluvias en la Antártida, lo que aceleró el derretimiento del hielo.
Los resultados del estudio aseguran que el impacto de El Niño en la Antártida tuvo como consecuencia que se derritiera un área enorme cercana a la barrera de hielo de Ross, la región helada flotante más grande en todo el mundo.
El fenómeno climático llevó a la Antártida corrientes de aire húmedo y caliente que ocasionaron se derritiera parte de la corteza de hielo e incluso ocasionó lluvias en la región.
Al derretirse el hielo se formó una especie de piscina de agua que permaneció allí durante 15 días. Esto es algo muy grave porque la presencia de agua puede acelerar el derretimiento de más hielo.