Las naciones insulares del Pacífico son algunos de los puntos más vulnerables de la Tierra al Cambio Climático. Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, las islas pequeñas emiten menos del 1% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, pero sufren de forma desproporcionada el aumento de las mareas, la sequía y las tormentas extremas.
Los efectos del Cambio Climático se están haciéndose sentir con fuerza en estas islas, que se elevan unos pocos metros sobre el nivel del mar y a medida que los atolones se contraen, la población de Kiribati crece.
Hoy en día, los pequeños Estados insulares suelen asignar sus escasos recursos a tomar medidas de adaptación. Ejemplo de ello, son los sacos de arena que se alinean las orillas de Kiribati y las protecciones extra que se han construido para preserva la única carretera del país.
La nación también se enfrenta a sequías más frecuentes que destruyen los medios de subsistencia de los agricultores. A medida que el nivel del mar aumenta, los ciudadanos se preocupan por la contaminación de agua salada de sus fuentes de agua dulce: un acuífero que se alimenta de las precipitaciones.